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martes, 6 de abril de 2010

POEMAS DE EDUARDO ESPINA (URUGUAY)




MONÓLOGO DE DA VINCI ANTE LO MÁS CONOCIDO QUE PINTÓ

El beneficio de efigie no lo era
(ni detrás de las madréporas el
estruendo en su otero otra vez)
y tú, estados de ti por la tundra,
a traer sargazos con quien goza
(casi como del cielo saliéndote)
en esa la vez cuando un botón
si tocan la verdad y por boreal
hasta el último abeto que la ve.
En el tiempo detenido delante
la carnada daba al alma como
ejemplo, el silencio salva a la
sabiduría y deja de preguntar.
Mientras llueve en el jardín de
los rivales, la albahaca bañada
por la soledad de los símbolos
aguarda alegres ratos de estos,
el dividendo que vino primero.
A merced de la senda el deseo
más entre las mustias retamas
y yo ya uno en las horas tuyas
llamando a la luz un hallazgo.
(Los que estuvieron hablan de
la promesa de serlo y según la
ganancia, el higo fiel y al final:
la res que agradecida regresara)
Manera sería de filtrar las dotes,
de dar portento a los esparcidos.
Y en blando cetro con la madre
a emprender: sea trébol extraño
rastreando la respiración de los
muertos que aún no empezaron.
Todo eso que el sueño conocía:
la cuadratura de una taza de té,
el árbol de la índole, la orla de
largo pegamen, cuando sólo la
soledad cambiaba de posición.
En mitad del centro su ántropo
la hacía apariencia en persona:
algo la cuida, una historia, una
inercia incierta de saber que sí.
Lo que quedaba para un habla
era aquella llaga fría de follaje
llenando la noción de la lluvia,
el nacimiento de los samuráis.
Pero la osa de satén al saberse
abotonada, en víspera todavía.
Toca por ver si Bizancio vino
a dar vuelta como el venteveo.
Ella para el resto del estambre
obra con la causa en desorden.
Aja el origen lo propio de las
cosas calmas, la belleza en la
cara contraria no se atraviesa.
(Y yo, para traerte cerca de ti.)
Eran de la aridez las limosnas,
la certeza de saquear un costo.
Preciosa filantropía: el cuerpo
da sombra y el suyo, Da Vinci.
En el siglo de los albaricoques,
un alud de óleos y lejanos ojos
que daban vuelta y dejaban ver.
Con ellos, el llanto a otro loto,
la carga, un caracol, cosas allí.
La espuma puesta en el puma,
ámbito que ninguno deshabita,
lapsos de seda como si dijeran
y en el lado de quien anhela lo
elemental, mejor definición de
Narciso: la nada en ti entonada.
A otra entonces con la sed y el
palo amplio aplicado al perdón.
Cumple el plan con lo espiable;
nadie por el hado entre adornos
entrega al braguero lo que sabrá,
agua dejada entre tantos agüeros.
A esa hora, el merecimiento y la
mitad, las zonas al azar soñando.
Toda ansia a saciar, y ya escrita
la cripta que por enero te venera.
Queda la edad, el entendimiento:
el sol en el brillo es lo más veloz,
la Luz se detiene entre nosotros.



RAZÓN DE TODAS LAS COSAS

De tal manera imaginaria, las cosas sucedían
para que todo fuera donosura en lo desusado:
la racha entrometida del dedo en el deshabillé,
la sevicia por la blusa azul al soltarla basta el
desacato de desabotonar de las polainas a las
bragas en remedo de ilusiones todo lo demás,
y así el pulso, la unción en marcha él y el final.
Aposento de nombre en la pradera soleosa y
mudo a moverse a dar desvelo de júbilo pero
igual, no. Nadie en la piel más de la cuenta.
En la ducha los afeites hermosean el enredo
y regresa el agua a la noche donde se bañan.
El amor es la única imposibilidad necesaria.



MOMIAS
(Morir entre comillas)

En la invisible inmensidad
del tiempo y de todo les toca
el calor de cada cromosoma,
la cuna que trajo cuanto quiso.
Saben de más venganzas, del
cielo que ha sido demasiado.
(Quietas, calladas como ellas:
es el silencio lo que confiesan)
Dentro de la inmensa morada,
lo mismo la lamia que la hurí.
Ah la unión de los nacimientos,
blancura de holgados brocados,
seda somnolienta para librarlas.
Cabe la verdad que las venda.
Fijeza ni velocidad se les vio
cuando a solas por la cripta,
la piel o algo peor añorando.
La nada que nunca llegaba.
(Quedaron envueltas
para que la muerte
no las hiriera)



EL TIEMPO EN LO QUE LLEGA MAÑANA
(Con Ludwig Zeller en Oaxaca)

El rumor a helar los rabos a lo largo
del lugar, ánimas de mutua cantidad
anteriores a cada huella que tendría,
(la vida tan dentro, la visión sabida)
cuando más que deseos para sí decía
en desaire de cielo la solución de los
abisinios por la cripta del ojo a dejar
además del modo resplandeciente de
la anguila hacia la isla del comienzo:
todo dividido en la gradiva por durar.
Pero en tal atalaya donde los tullidos
huían inquietados a quitar su cadena
de cadmios amenazados por osadías,
se iban olvidando del alba varada a
un costado, de casi hadas en la edad
airada del error que a lo hermoso de
muy cerca y a lo bello también veía.
El fin a encontrarse con el principio,
la sorpresa con el ciprés en presente:
en la manera del ocioso no amanece
y la velocidad recorre algo recíproco.


LO MEJOR DE MAGALLANES
(Un poema estrecho)

Las crónicas dan cuenta,
astrolabios y silabarios,
cifras para no tener frío si
todo fuera como el fulgor.
La era manchada de arena.
En el hueco de la lágrima,
la balsa de un semblante o
vio el mar menos que esto.
Salvaban los ojos al alma:
la jauría de los pajarracos
pasando el azar a su ángel
lograba lo que otra vez la
belleza dejó que hallaran,
el loro sin resolver el lirio
y luego un lirón en lo que
haría al mundo disminuir.
Palabras como charque y
chinchulín, ñandú dudoso
por aquí y allí lo que tirita,
bicho, carpincho, piripicho.
Palabras que han parecido,
sitio, cenzontle, soluciones.
Va cansado a conseguirlas.
Día para quedarse en Leda.
Oh lo inusual del universo
a babor del contemplante:
había llegado tan lejos,
que al mirar para atrás
vio el horizonte
un día después.

POEMAS DE TOMÁS HARRIS (CHILE)



ZONAS DE PELIGRO


Así como largas y angostas fajas de barro
Así como largas y angostas fajas de noche
Así como largas y angostas fajas de musgo rojo
bajo la piel


Las zonas de peligro son ininteligibles. O las
prefigura un rojo disco de metal,
símbolo de un sol mohoso al fondo de una calle desmembrada
meado por los perros.


Las zonas de peligro son inevitables; te rodean
el cuerpo en silencio,
en silencio te lamen la oreja,
en secreto te revuelven el ojo,
sin el menor ruido te besan el culo
y los escasos letreros de neón ocultan su única identidad:
CAMPOS DE EXTREMINIO.




OROMPELLO I


Un disco pare es un ojo; una sangrienta córnea de latón.
Orompello es un puro símbolo echado sobre la ciudad.
Y las putas no tienen la culpa. Sólo cumplían con su deber.
El otro día nomás esperaba micro en la esquina del
baldío y oí una voz que me decía: “Ven y mira”.
Miré, y no había más que un caballo amarillo al tranco
por sobre la calle adoquinada.
Y un espejismo las putas vestidas de ropas blancas,
y un espejismo los eriazos floreciendo.
Repito, mientras esperaba micro en la esquina del baldío.
No me van a venir ahora con que Orompello es un puro símbolo
echado sobre la ciudad
y la casas siete casas con puertas de oro
y las putas siete putas vestidas con ropas blancas.




MAR DE LOS PECES ROJOS


Me pararon al frente, me dijeron
Habla
Y hablé.
Me pararon al frente, me dijeron
Desnúdate
Y me desnudé.
Me pararon al frente, me dijeron
Órnate
Y me incrusté oropel, pedrerías,
Oro falso
En el cuero.
(Aplausos)
No sufrí apremios físicos, debo decirlo,
Pero me rodeaba la muerte.
La noche, esa noche, era primordial.
Había calles angostas,
Pasos, gritos,
Cuerpos.
Los puntos cardinales estaban perdidos.
Yo estaba perdido, en un sueño, en una película.
La noche en Rumble Fisch.
El mundo era un círculo en blanco y negro
Despoblado por fantasmas
Habitado por dos peces rojos
Devorando s reflejo
a falta de víctima.
Todo esto era circular y referido por la muerte;
El mundo era circular, en blanco y negro, habitado
Por dos peces rojos devorando su reflejo.
Todo transcurría en el teatro o en el cine.
Todo transcurría en la calle o en un sueño.
Los puntos cardinales se habían perdido
Y el vértigo de la velocidad entraba por los ojos,
Por los poros,
Yo estaba poseído por efectos especiales.
La ciudad era un mar en penumbras,
Blanco y negro,
Dos peces rojos.
Devoraban sus reflejos.
Yo era un pez, Almirante, y la muerte
Otro pez.



MAR DEL DOLORIDO SENTIR


Me cosieron la boca y los ojos
Me inocularon coca cola en las venas
Todo transcurre en una película mexicana
What is your name me preguntó alguien
Desde alguna parte
Ahora ya no puedo seguir hablando por todos
Ustedes se esfumaron tras ese halo de luz
Los demás desaparecieron en ceniza
Se obliteraron en humo o lluvia de la ciudad
A mí me arrastraron por un pasillo angosto y húmedo
Como vientre
Rojo
(la intensidad del color filtraba la venda)
olía a pierna humana
como en el corredor de Maldoror
¿sugar mister? Me preguntan ocultos
por la radio tocaban un corrido
perros ladraban
la música se me emplasta por los oídos
por ahí puedo sentir bien
por acá no
el corrido comienza a arderme en los oídos
los hombres sacan pistolas
a mí me trataron como a todo prisionero de guerra
olvidando los tratados y la piedad
el pasillo se adensaba hasta el mismo color del miedo
ahora el espacio y las sensaciones eran intensidad pura
energía pura
mi cuerpo se confundía con el pasillo y mi pensamiento con mi
cuerpo
un perro negro metía y sacaba la lengua
muy rosada
la sangre me chispeaba en las venas
(me habían inoculado coca cola)
el pasillo se hacía verde azul dorado tras la venda
todo iba siendo brillo y color y ardor
I HAVE THE POWER
pensé entonces,
y desembocamos, como si fuera un coito, desembocamos:
aparecí en la calle Pedro León Gallo; había baldíos,
por todas partes, hierros viejos, raíles, huellas,
niños en desnutrición:
a la izquierda de mi cuerpo, de mi dolorido sentir,
había un túnel, rojo,
gruta vulva socavón o cueva,
las nubes descendían al nivel de mi cara,
un perro negro metía y sacaba la lengua,
amanecía en Concepción.

(De Cipango, 1992)



LOS SENTIDOS DE LA ÉPICA


Me he propuesto la difícil empresa
De enamorar por el resto de su vida a una sola mujer:
Como esos hombres de barbas rojas que perseguían
Por el resto de su vida la inconmensurable distancia,
Y la teñían de mar,
De cielos explotando,
De crepúsculos bordeando con la Nada y,
Al final,
Regresaban al punto de partida y el único
Sabor en sus bocas, además de la adorable sal,
Era la amargura de la certeza de que la tierra
Era una redonda y húmeda esfera:


Pero yo me he propuesto la difícil empresa de
Enamorar por el esto de su vida a una sola mujer:
Tengo muchos aspectos en mi contra:
Los primeros, los más comunes
El transcurso del tiempo, la decrepitud, el cansancio
De la mente y la sinopsis del gusano:
(El temblor de mis manos sobre su cuerpo sólo la
estremece)
El segundo, puede ser la vaga impresión
De desaliento al ver marchitarse las flores amarillas
Que tras un viaje por un océano de cipreses grises
Una vez le regalé:
También está la oscura tentación de descerrajar
Los cajones con llave que todos guardamos
En un recóndito ámbito: esos cajones con llave
Que tanto bien hacen al amor por su tranquilo misterio,
Que invariablemente compartimos, en silencio,
En la noche de insomnios y e la noche de sueños:
También está el deseo de partir nuevamente,
Que es consubstancial
a todo navegante
y yo soy un navegante:
También están mis manías, mis celos y mis insomnios,
Y ese gran amor a mí mismo que nunca me deja,
Ese atroz enemigo que gruñe, roe, escalda y se
Ríe a mis espaldas de mis muecas:
Ese atroz enemigo me recuerda en las noches,
Cuando subo a su cuerpo
El poema de Malcom de Chazal:


Cuídame de amarme demasiado
Volverías a ti mismo.
El amor es redondo.


Además está Ella Misma, como el mar tan
Amado por los navegantes, ese mar que en sus mareas
Lo podemos arribar, costa, o morir en él, altamar;
Pero también tengo algunas cosas a mi favor:
No sé si las menos o las más:
Fuera de las rosas amarillas y marchitas,
Mis insomnios, la compulsión de la partida,
Mis manías, el que sea un navegante, todo eso que ella
Ya adora y ama:
La certeza de que la única manera de enamorar
Por el resto de su vida
A una sola mujer
Es amando a una solo a mujer.


Eso, además de las rosas amarillas y marchitas,
De mis insomnios y la compulsión por la partida,
Dado que soy un navegante,
Y mis manos temblorosas y mis manías,
Y mi cojera,
Y la tentación de descerrajar sus cajones con lave
Y mis propios cajones con llave.


Pero también tengo a mi favor
El hecho de que cocino delicioso y que cuando la amo
La persigo por inconmensurables distancias y la tiño de
Mares y cielos explotando
De crepúsculos bordeando con la Nada, y,
Al final,
Regresamos al punto de partida
Y ahí el único sabor en i boca
Es la adorable sal de su boca:
Y sé que sí, que si regreso a mí mismo,
Que si el amor es redondo,
Al final de esta húmeda e inconmensurable esfera,
me aguarda ella, la mujer que me he propuesto amar
por el resto
de
mi
vida.


(De Crónicas Maravillosas, 1996)


PARTO




La boca de lobo me escupió
a una barriada postmedieval como un suspiro de monja sangrienta.
Así fue mi parto, así mi azul expulsión de la culpa.
Ahora que soy Lobo, puedo aullarlo al viento,
pues me han inculcado una Fe leprosa.


Sólo una Fe leprosa puede emanar de un bautismo dual,
de simientes pretéritas, en pleno Pleistoceno Postmedieval.
Y la placenta de la boca pineal de la loba que me malparió.
Mi parto en los yermos de la peste.
En la desolación sin, de su reyno de adormideras negras.


Empapado y aun fetal, Lobo se escabulle entre los yermos tristes
de tanto poder acumulado,
sólo queda entre las briznas la placenta delatora.
La loba madre debe comérsela antes de la llegada de los cazadores virtuales.
De los cazadores de brujas cibernéticas,
de los cazadores de réprobos, de los cazadores de lobas holográficas.
Pero si la loba madre no puede volver la placenta a su matriz aterida,
la placenta deberá hacer el trabajo sucio.


Y entonces será una placenta dentada, voraz,
una placenta hambrienta, deslizándose por los páramos
arrasados por las guerras intestinas, esa nueva economía del neo-feudo,
una placenta viscosa, porosa, espejeando el cielo,
una placenta hinchándose bajo el reflejo de Castor y Pólux,
una placenta arrasándolo todo a su paso, abriéndole camino al lobezno,
por la felpa agusanada y azul de la luna cómplice.



LA FE




Fuera de la boca de lobo, la Fe es lepra de sangre azul.
Fuera de la boca de lobo, la Fe es una estrella destripada.
Fuera de la Boca de lobo, la Fe es un cardenal orinando desde el cielo.
Fuera de la boca de lobo, la Fe es los pinchos y el garrote.
Fuera de la boca de Lobo, la Fe es tierra sin labrar, promontorios.
Fuera de la boca de lobo, la Fe es un desafinado canto gregoriano.
Fuera de la boca de lobo, la Fe es una pulga, una mosca, un ratón.
La pulga sangra a la Fe.
La mosca caga y fornica con la Fe.
El ratón corroe los huesos mondos de la fe.
Fuera de la boca de Lobo, la Fe es tormento y apostasía.
Fuera de la boca de lobo, la Fe es casulla y cuchillo.
Fuera de la boca de Lobo, la Fe es un poeta desollado, chorreante.
Fuera de la boca de lobo, de la Fe es culo de hermafrodita mancillado
por libertinos navegantes del ciberespacio.
Fuera de la boca de lobo, la Fe es un sacramento de fango,
hozado por piaras caníbales.
Fuera de la boca de Lobo, la Fe es silencio, silencio, silencio de Dios.
Fuera de la boca de lobo, la Fe es un asesino infeliz.
Fuera de la boca de lobo, la Fe es un santo con antifaz rosa.
Fuera de la boca de lobo, la Fe es NO.
Fuera de la boca de lobo, la Fe es la Esfinge, Calígula, Fitzcarraldo.
Fuera de la boca de lobo, la Fe es NO.
Fuera de la boca de Lobo la Fe es ¿Padre, por qué renunciaste a mí
renunciando a ti mismo?
Fuera de la boca de lobo, la Fe.
Fuera de la boca de lobo.
Fuera de la boca.
La Fe.
De la boca para fuera.



LOBO TAL COLERIDGE




¿Y si Lobo atravesara el bosque en sueños y el bosque en sueños fuera el Paraíso, en sueños, y le entregaran una muchacha desnuda, sólo para sus colmillos que en el sueño serían de un marfil precioso, y al despertar la muchacha desnuda estuviera junto a lobo, desgarrada y sangrante, en lo más recóndito de su gruta?


La muchacha desnuda sería una flor.


La muchacha desgarrada sería la prueba de que el Paraíso visitado por un lobo se tornaría en Infierno.


La muchacha desgarrada y sangrante sería un arquetipo del Mal.
La muchacha desgarrada y sangrante sería un arquetipo del Deseo
La muchacha desgarrada y sangrante sería un arquetipo de la Muerte.


Simplemente, vendrían los cazadores.





QUE WILLIAM BLAKE NO SE LEVANTE DE SU TUMBA




I


He orado para que William Blake no se levante de su tumba.
He oído noticias, de boca en boca, de trueno en trueno,
las noches de este crudo invierno, acá en Ciudad Gótica.
Todas dicen que William Blake se levantará de su tumba.
Qué haría William Blake fuera de la tumba.
Dicen que los años de muerte borran las huellas del lenguaje.
Cómo no, si los gusanos han corroído el cerebro
que alojaba las palabras y sus visiones.
No todo hombre es capaz de aguzar sus visones hasta producirlas
en un estado que podríamos llamar iluminaciones negras.
No, que William Blake no se levante de su tumba,
como se anda corriendo la voz.
Qué sería de Ciudad Gótica con esa sombra atroz arrastrándose
por los muros?
Yo tengo mujer, o una loba, no importa, que cuidar,
por eso no quiero que un tipo capaz de matar a un inocente
con tal de no apagar sus deseos se levante de su tumba.
Poseo una hermosa gruta ornada de estalagmitas
y estalactitas fluorescentes,
un jardín donde deslumbran los fuegos fatuos.
¿Cómo permitir entonces que ocurra este rumor,
este demasiado rumor, que William Blake se levantará
de la tumba al séptimo día del séptimo mes del séptimo siglo?:
Anatema sea.
Anatema sea:
The cut worm forgives the pow.




II


Emerge con el tórax en llamas, William Blake de su tumba,
de lápida en lápida,
de tiniebla en tiniebla,
muerto de lejana muerte y redivivo de imposible hálito,
mareado por el Leteo agitado esta noche de vientos tan fuera
de estación,
William Blake con ese aire de un Whitman embrujado,
envés del viejo de yerbajos y hojas y sexo,
este es un cadáver que va perdiendo poco a poco su putrefacción,
puede ser un dios a pesar de ser él, William Blake,
ya lo ha purgado todo en su poesía,
ya ha lavado todo las supuraciones de la muerte en sus proverbios,
ya ha hecho proverbial el Bien y el Mal en sus apotegmas,
y, para bien o para mal, los ha pulido, y ahora son espejos.
Así, camina nada más, el viejo William Blake recién
levantado de su tumba y se encuentra en las medianías
del cementerio con el lobo;
Te has levantado de tu tumba, le dice el lobo.
“Corrían rumores” dice William Blake.
“¿Para qué tanto enigma?”, pregunta el lobo.
“Dicen las voces que la poesía cambiará el mundo.
Que por fin adviene la verdadera Revolución, la de la poesía”,
musita, un tanto incrédulo William Blake.
¿Y eso era todo?, pregunta el lobo.
¿Y la plaga el crimen el incesto la ablación del Deseo?
pregunta el lobo.
“Oí lo que oí” responde William Blake.
Y la carcajada del lobo es tan brutal que devuelve
a William Blake a su tumba.
Y el lobo queda solo en la medianías del cementerio,
en Ciudad Gótica, y aúlla y trota entre las lápidas,
y piensa:
¿Por qué no se levantará mejor Marx de la tumba?




(De Lobo, 2007)






FENOMENOLOGÍA DEL VILLANO DE ESTOS POEMAS




Tengo sexo.
Todos los crepúsculos los ofrendo al sexo.
Mi mente es un cenicero de boîte manchado de sexo.
De cenizas amargas de sexo.
Copulo con lo que me ponen por delante.
Lo que venga de los Reinos que configuran el Cosmos:
Animal, Vegetal, Mineral, Onírico, Barro o Sal.
Tengo tanto sexo: por las calles del puerto, en las ruinas
de Palacio, en las ciénagas con las salamandras,
sexo, en los museos de mis dominios, sexo,
bajo los Caspar David Friedrich, los Giger, los Goya
y sus brujas untadas y todos los cabrones de la Landa.
Me revuelco y hozo en las brumas ocres
como el viajero en el mar de nieblas,
y los cuerpos y las rocas mutan en niebla sobre mi cuerpo.
Tengo demasiado sexo. Uf!
Por delante, por detrás, cunnilingus o
por las rendijas de la mente.
Mi glande es una Gigante Roja.
Y fumo mucho, tanto, y bebo alcohol y canto cuando
fornico sobre el dosel de nieblas de Caspar David Friedrich.
Y bebo, chupo como cochero cósmico,
como el auriga de Alfa Centauro,
el más curagüilla de todos los dioses,
y me inflo como un Zeppelín, Led Zeppelin y vuelo
Escalera al Cielo y busco al mejor de mis marranitos,
macerado en sangre,
y le paso la lengua y lo destapo
como un odre para que me inunde su sangre púrpura.
Me ducho con su sangre púrpura
y abro la boca bajo esa ducha orgánica y tibia,
y tengo la lengua pesada de sangre,
y todo mi corazón es una boca llena de sangre,
no, unas fauces acechando
en los altares de Caspar David Friedrich,
unas fauces llena de colmillos rojos de sangre y muescas
de los que he bebido, cerditos o marranitas,
me da lo mismo, porque también mamo como condenado.
Le chupo las tetas a la muerte. Uf! Glup! Dan tiritones.



(De Las dunas del deseo. Inédito)

viernes, 12 de marzo de 2010

POEMAS DE TERESA CALDERÓN (CHILE)






DE VUELTA EN EL TIEMPO

Para el más Ingenioso de los Hidalgos y a su Seguro Servidor

Al morir Cervantes
Don Quijote se quedó muy solo.

Cuando ya nadie recuerde
qué estuvimos esperando
en tantas idas y venidas por la historia,
irrumpirás entre los frisos del lenguaje


Altisidoras siempre habrá para el que sueña
un mundo más allá del blanco y negro.


Alguien afirma que el oro ya no existe
porque las babas del diablo cubrieron la arena


Estarás presente y la mentira insinuará
que la aurora es un perfil que se diluye.


Entonces odiarás al sol que hizo quebrar
al poderoso imperio de las lágrimas
porque a nadie le eran necesarias.


Pero no todo estará perdido.
Si navegas la luz en Clavileño
aunque la luna o la nieve
pudieran parecerte extrañas,
el secreto es compartido:
has vuelto a La Mancha
a perdonarnos.


ESTRATEGIA


Mujer que arranca del marido sirve para otra guerra.



CELOS QUE MATAN PERO NO TANTO


Hombres de mala ley, animales de mierda
que nos son capaces de hacer nada que no sean desgracias.
García Márquez


1


Ya había visto sus ojos en los tuyos
que no me miran que se mueren por verla.


2


Era un desliz definitivo.
Desde un bolsillo de secretos
un nombre de mujer
tu letra un número
la prueba final en la estructura mítica del héroe
-consultar Villegas, Juan- ¬desde el bolsillo
esa mujer
ese cuerpo de tus delitos.


3


Mañana marcaré ese número.
Repetiré la operación hasta dar con esa palomita.
Pienso decirle menos cosas de las que pienso.
Pero a ti, te lo advierto
nos encontraremos los tres y sean cuales fueren los resultados
te lo prometo
aquí va a haber un muerto
habrás un muerto en la familia
querido mío.


4


Como ves
o como no ves
estoy pendiente de ti.
Estoy el colmo de ti.


5


He aguzado el olfato
para husmearla mejor en tus camisas
en los jardines de tu pecho.
Si captaras la sutileza de mi oído
qué magnífico espectáculo
pegado a las puertas
el ojo a las cerraduras
como el náufrago a su tabla
y todo el océano para él solo.


6


Todos mis sentidos alerta pueden reconocerte
a una distancia de metros
bajo una niebla de película
en pleno centro de Santiago
a las doce del día en medio de la gente, animal.
Todos mis sentidos alerta.
Dije todos menos el sentido del humor.


7


Cuídate de mí, maldito, porque te amo.


8


Más vale que te cuides.
Tú sabes una caída en la ducha
esas son caídas fatales me entiendes
un remedio de más o equivocado te fijas
un accidente casero cualquiera tiene en la vida
arreglabas un enchufe y ¡oh, sorpresa, Fiat Lux! me comprendes
o el cuchillo de cocina guardado adentro de la cama
o el gas lento pero seguro no olvidemos.
Por eso, cuídate mejor que te encuentre confesado
oleado sacramentado y todo si te descubro amadísimo héroe.

9


Te acaricio te araño con táctica felina
porque estás mintiéndome
porque te juro lo sé todo
aunque no digas ni pío.


10


Tardaría la noche entera enumerando
los espantos que te haría
si se confirman mis según tu miserable opinión–
infundadas sospechas.
No tienes idea la de horrores que soy capaz
mi vida
la infinidad de maleficios que prepararía en la cocina
hasta dar con esa pócima
que te pusiera fuera de combate.

11


En esta guerra sangrienta
las matemáticas están claramente de tu parte
yo soy una y una no es ninguna.
Ante una ventaja así no cabría más
que deponer esas armas con las que no cuento
y saludarlos con mis mejores deseos:
que sean tremendamente infelices que se pudran.
Quiero que reciban periódicamente
a la cigüeña cargada de imbunches
que no falten al himeneo las reinas de la muerte,
las parcas de infalibles tijeras
¡Oh, Mnémesis
diosa fantástica de la venganza!




MUJERES DEL MUNDO: UNÍOS


Arriba mujeres del mundo
la buena niña y la niña buena para el leseo,
las hermanitas de los pobres y amiguitas de los ricos
la galla chora y la mosca muerta
la galla hueca y la medio pollo
la cabra lesa y la cabra chica metida a grande
canchera la cabra y la que volvió al redil


la que se echa una canita al aire


la que cayó en cana o al litro y la caída del catre


las penélopes mata haris y juanas de arco,
la que tiene las hechas y las sospechas
la que se mete a monja o en camisa de once varas


la mina loca la mina rica pedazo de mina


la que no tenga ni perro que le ladre
y la que “tenga un bacán que la acamele”


Arriba mujeres del mundo
la comadre que saca los choros del canto los pies del plato
y las castañas con la mano del gato
las damas de blanco azul y rojo
las de morado las damas juanas y damiselas
todas las damas y las nunca tanto


la liviana de cascos y la pesada de sangre
la tonta que se pasó de viva y la tonta morales
la que se hace la tonta si le conviene
la que no sabe nada de nada
y ésa que se las sabe por libro.


La madre del año arriba,
madre hay una sola
y las que se salieron de madre.


Arriba mujeres del mundo:
la cabra que canta pidiendo limosna
la que como le cantan baila
y la que no cantó ni en la parrilla.


Arriba todas las que tengan vela en este entierro
la que pasa la lista y la que se pasa de lista
la aparecida y la desaparecida
la que se ríe en la fila y la que ríe último ríe mejor:


la natasha la eliana la pía
la paz la anamaría la lila
la angelina y la cristina
la que anda revolviendo el gallinero
la que pasa pellejerías y la que no arriesga el pellejo
la dejada por el tren o por la mano de Dios.


Que se alcen las mujeres con valor
las pierdeteuna y la que se las ha perdido todas
la percanta que se pasa para la punta
la que nadie lleva ni de apunte
y esa que apuntan con los fusiles.





La vida: el gran laboratorio de la muerte plagado de tristes ratas.




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Habría que retroceder la historia hasta descubrir la evolución con las manos en la masa.




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Abrían sus fauces los camiones de la tarde.
Todo se lo tragaban. La lozanía de la fruta participando del misterio y de la muerte.


Convincente la escoba barriendo la piel los huesos tatuados por el pavimento y tendones estallando y cartílagos sangrientos y briznas de pasto y ramas secas recolectadas en la caída.


El más grande de los desperdicios mi pobre basura biodegradable entrando en la ambulancia.




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¿Cielo?
¿Infierno?
¿A qué estado de nada
a qué mazmorras
irán a dar los espantados
los muertos de miedo
los que tienen perdida la fe
los atorados con el trago amargo
de sus propios pasos perdidos
los aterrados de la vida por delante
los jóvenes poetas aspirantes
al suicidio?




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Una tristeza como ésta
–los griegos ya lo sabían-
la registra el ADN
de generación en generación
por los siglos de los siglos.




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Esta pena negra no es cuestión de boticarios.




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El suicidio
dijo el actor
es una muerte
en defensa propia.




INSTRUCCIONES PARA AMAR UN ÁNGEL


En primer lugar, la afectada por la presencia de un ángel se dará cuenta del hecho enseguida.
Encandilada por un hombre cuya voz jamás había oído, le parecerá perfectamente conocida. El brillo inquietante de unos ojos que la miran, le hará creer haberlos visto desde siempre. Sobrecogida por el ritmo de un baile una tarde de lluvia, usted perderá el sosiego de por vida.
Entonces sus sueños empezarán a llenarse de mares encrespados y cielos que se nublan repentinamente y lluvias que se desatan y vientos que se la llevan en todas direcciones.
Usted desde ese mismo momento quedará a la deriva, perdida, sin brújula, sin voluntad y sin memoria.
Los ángeles no son conscientes de su angélica condición, por lo tanto seguirán actuando en forma natural y humana.
Por lo general los ángeles son poetas. Los ángeles suelen llamarse Tomas, Alfredo, Raúl, Carlos, Antonio, Roberto, Pablo, Andrés, Rubén, Gustavo, Diego, Miguel, Juan…
Cuando se encuentre con un ángel, debe hacerle prometer de inmediato y delante de testigos, que más adelante, que tal vez, que algún día, que en la próxima vida….
Los ángeles suelen quedar prendidos en la memoria, abrazados a su corazón, cantando en su alma la música del paraíso.
Para amar a un ángel hay que visitarlo en los sueños; acercarse despacito y hablarle lentamente. Los ángeles se asustan con facilidad al ser reconocidos.
Cuando se enamore de un ángel, usted tendrá que resignarse a que ese ángel jamás se va a enamorar de usted, porque no todas las mujeres tienen en su destino encontrarse con un ángel. Porque las mujeres como yo que se enamoran de hombres como tú están perdidas.
Porque en realidad usted no es una mujer sino una triste ángela caída en la desgracia de un amor tan grande.