Buscar en este blog

miércoles, 10 de marzo de 2010

POEMAS DE JUAN GUSTAVO COBO BORDA (COLOMBIA)



EPITALAMIO

Dame luz que yo seré tu sombra.
Dame agua que yo seré tu sed.
Es tan corta la eternidad
para empezarnos a querer.

Acúname
en la desvalida tibieza
con que todos nos sabemos
inermes y desnudos.
Cobíjame con la fuerza
que yo te daré.

Abre siempre el día
con un vibrante
sonido de trompeta.
Cierra siempre el día con la flauta dulce
que aviva el fuego secreto
de la intimidad.
Conjuguemos un plural
tan férreo como libre.

Déjame ser la niña que corría en el jardín.
Déjame ser el niño que ganaba el mayor premio
y seguía jugando indiferente y feliz.
Mis sueños más oscuros se han hecho clarividentes para ti.
Respeta mi utopía, que es la tuya también.



BÚSQUEDA

¿Qué aguijón
nos obliga a ir
tras espejismos?

¿Con qué fuerza
irreprimible
la sugerencia
de la dicha
nos encadena
a imágenes obsesivas?

Mares que rugen
dejan abierto un abismo.

Aquel que conduce
al más vasto
continente desconocido.

Las feroces selvas
donde late
el corazón imbatible
a la espera de quien
vuelva música
su delicado,
su atroz latido.

 LAS MADRES TERRIBLES

Se creen perpetuamente jóvenes
y amigas descomplicadas de sus hijos
pero los castran con sevicia.

Expertas en el chantaje afectivo
proclaman a los cuatro vientos
lo invaluable de sus sacrificios.

Hasta que un día,
con la cara manchada por el cigarrillo,
reciben el portazo
con que sus hijos se van,
rotos pero felices,
escupiendo sobre su falacia
de carceleras honestas, francas y comprensivas.

Se quedarán atónitas
en busca de un almuerzo, una salida,
una misa, un psicoanalista.

Las comidas con bolero,
guitarra y amante efímero
que aleje por pocos días
el espectro de su rostro
ya roído
por la grandeza inconmensurable
de su infinito vacío

 GRECIA DE NUEVO

Playas ásperas de piedra
y el sol y la luna
conviven bajo un mismo cielo.

Aroma de cordero
y las estatuas caídas,
al desgaire,
entre los matorrales del museo.

Tiendas de dulces, recargados de miel
y siempre el tropel bullicioso
de empleados públicos en huelga:
Maestros, médicos, oficinistas.

Pequeñas iglesias
saturadas de incienso
y en los muros,
del génesis al Apocalipsis,
la historia integra
con su dorada aura
de icono bizantino.

Los ritos ortodoxos
se vuelven aun más puros
en el recoleto jardín de los monasterios.
Ese silencio venció a los turcos

Grecia zarpa de nuevo
para detener, hoy como ayer,
los toscos ídolos persas
y sus reyes rudos.



DE VIVA VOZ


El amor es monstruoso.
Ya no recordamos
si alguna vez
fuimos otro distinto
de quien sólo existe
para escuchar una voz,
una exigencia brutal,
la dulzura inenarrable
de un "te adoro, te adoro, te adoro",
un sarcasmo helado,
un sol bajo el cual
todo florece de nuevo.
(Cuando ella gritaba "loco"
y la espuma de su vientre
desbordaba fresca y ávida).


El amor es mortal:
te congela los pies
si huyes de él.

AUTÓGRAFO

A los poetas de antes
les pedían, generalmente, un acróstico.
Sólo que ahora,
cuando el rencor es la única palabra
que sé pronunciar,
¿con qué enrevesada caligrafía
(letra palmer, ¿no?)
lograré transmitir el profundo desprecio
que hay en mí?
Aprieto los dientes, y sigo,
exento de todo romanticismo:
mi tarea consiste
en redactar notas necrológicas
dos o tres veces al año.
A quien se debate, también,
entre el abandono y la lástima:
tal podría ser la grandilocuente dedicatoria,
y luego los prolijos catorce versos,
llenos de almíbar.
Qué decirte
que no te hubieran dicho ya,
la muchacha de la casa, la tía solterona:
resignación y experiencia.
A los libros, quítales el polvo;
ordena el closet, y consigue aquellas matas
que siempre has querido para el balcón del
apartamento.
(La tragedia consérvala en secreto).

 POÉTICA

¿Cómo escribir ahora poesía,
por qué no callarnos definitivamente
y dedicarnos a cosas mucho más útiles?
¿Para qué aumentar las dudas,
revivir antiguos conflictos,
imprevistas ternuras;
ese poco de ruido
añadido a un mundo
que lo sobrepasa y anula?
¿Se aclara algo con semejante ovillo?
Nadie la necesita.
Residuo de viejas glorias,
¿a quién acompaña, qué heridas cura?


CAVAFIS

Las calles de Alejandría están llenas de polvo,
el resoplido de carros viejos y un clima
ardiente y seco cerrándose en torno a cada cosa viva.
Incluso la brisa trae sabor a sal.
En el letargo de las dos de la tarde
hay un ansia secreta de humedad
y el tendero busca en sueños, con obstinación,
la áspera suavidad de una lengua inventando la piel.
Bebe con avidez el agua amarga de la siesta
y despierta cansado por ese insecto que vibra insistente.
La frescura de la tarde desaparece también
y su única huella fue este sudor nervioso
y el bullicio que minuto a minuto agranda los cafés.
Pasan los muchachos, en grupo, alborotando
y aquel hombre comprende
que ninguna palabra logrará atrapar sus siluetas.
La noche devora y confunde
haciendo más largo su insomnio,
más hondos sus pasos por sucias callejuelas.
El amanecer lo encontrará contemplando
ese velero que abandona el muelle
y atraviesa la bahía, rumbo al mar.

lunes, 8 de marzo de 2010

POEMAS DE JORGE BOCCANERA (ARGENTINA)




ALEJANDRA PIZARNIK ABRE SU CUADERNO DE APUNTES


A Jorge Arturo


El hombre que saca la cabeza del agua,
es un pez y se asfixia.
El pez que mete la cabeza en el agua,
es un hombre y se ahoga.


El poeta escribe en la línea del agua,
y se asfixia,
y se ahoga.



EXILIO


Expulsados de la selva del sur de Sumatra
por los hombres que vienen a poblarla, 130
elefantes emprendieron hoy una larga marcha
de 35 días hacia la nueva ciudad que les fue
asignada.
(AFP. 18/11/82)


No hay sitio para los elefantes.
Ayer los expulsaron de la selva en Sumatra,
mañana alguien les impedirá la entrada al Unión Bar.
Yo integro esa manada hacia Lebong Hitam,
yo sigo a la hembra guía,
cargo con la joroba de todas mis valijas sobre las
cuatro patas del infierno.
Llegarán a destino –dijo un diario en Yakarta.
Los colmillos embisten telarañas de niebla.
Llegarán a destino,
viejas empalizadas que sucumben bajo mareas de carne.
Llegarán -dijo el diario.
Más la estampida cruza por suelos pantanosos
y mi patria –la mía- es sólo esta manada de elefantes
que ha extraviado su rumbo.
¡Guarde celosamente la selva impenetrable este ulular
de bestias!
Tambores y petardos, acompañan.
Algo de todo el polvo que levantan, es mío.


UN HOMBRE GRITA EN NUEVA YORK


quiere ver a la mujer aquélla
vestida de mujer aquélla
quiere ver sus muslos inflamables
su regular concupiscencia ?
conocer a sus pechos desordenando el mundo
acérquese
ponga el ojo aquí sobre la sien
justo en el agujero de la bala.



CARTA DEL SUICIDIO

lo poco que he vivido
me ha hecho perder
demasiado tiempo



ORACIÓN PARA UN EXTRANJERO


VI


Lluvia,
somos dos extranjeros,
mi nombre como el tuyo es una travesía,
un deambular por puertas cerradas para siempre.

La gente entra en mi sueño como por otra casa
y tus breves colores se deshacen contra el olvido,
pero ya lo sabemos,
no hay nada que tratar con su navaja,
nada que preguntar en sus regiones.

Lluvia,
somos dos extranjeros,
nos separa una herida.



CORRÍA EL AÑO 1917


Magro, cetrino, casi hierático, me pareció
un árbol deshojado. Su traje era oscuro
como su piel oscura.
Ciro Alegría
Un Santiago de Chuco de labios apretados lo ve
pasar y dice: como si la victoria y la derrota
comieran de su plato y dice: como un hueso
escarbando en el habla de nadie, ¿y tanto así?


Pasa un zumbido un triste alguna capa un capellán
un globo sin su niño un ala que saluda las tardes
son iguales aquí pasa Vallejo navegando en el polvo
de las demoliciones.


Como si la victoria (se lo dije) como si la
derrota (¿no le digo?) comieran de su plato y
él escupiera el plato porque un dedo de sangre
va abriéndole los ojos porque hay un aguacero
que se lo lleva todo.


Pasa el maestro de escuela por las calles vacías.
Una mano cortada lo lleva de la mano.




HADA


Se alimenta de carne de venado, de hojas grandes y
verdes, pero vomita nieve.
Se desliza a gran velocidad, sube a los altos picos y
cuenta lo que todos callamos.
¿Podría patinar sobre un pie? ¿Dibujar en un pie?
Voy a decirlo de otro modo: la Sordomuda pasa con su
cuerpo ladeado para recuperar el equilibrio.
Aquí todos la aclaman: “no hay palabras, es única”.


Con su pasamontañas se desliza.
Clava sus espolones y mi lengua aterida se
enrolla en viejos miedos.
Y así ella se alimente de frutas amarillas o de peces
plateados, siempre vomita nieve.
Cuando vomite al bosque, yo lo conoceré.
Ahora está en la pendiente: “no hay palabras, es
única”.
Yo rito del trineo, con mi hocico escarchado poco
puedo decir.
Para ella los aplausos porque puede bailar, dar
vueltas como un trompo.
Y si se lo propone,
podría leerle los labios a un muñeco de nieve.

lunes, 22 de febrero de 2010

POEMAS DE RAÚL ZURITA (CHILE)



LAS CORDILLERAS DEL DUCE


Frente a la cordillera de los Andes
Desde el oeste como la noche
Las cordilleras del Duce avanzando


i. No son blancas las cordilleras del Duce


ii. La nieve no alcanza a cubrir esas montañas del oeste


Detenidas frente a la cordillera de los Andes aguardando
como un cordón negro que esperara la subida final de todas
ellas allá en el oeste solas agrupándose tras la noche


iii. Porque frente a los Andes se iban agrupando como la
noche del oeste


iv. Por eso la nieve no cubre las cordilleras del Duce
Sus cumbres son la noche de las montañas
Ciñéndose de negro frente a las nieves de Chile como si los
nevados no fueran otra cosa que espinas hiriendo la noche y
ellas pusieran entonces la corona sangrante de los Andes


v. Por eso de sangre fue la nieve que coronó las cumbres
andinas


vi. Porque sólo la muerte fue la corono ciñó de sangre
el horizonte


vii. Y entonces ya coronados todos vieron las cordilleras
del Duce ceñirse sobre Chile sangrantes despejadas
como una bandera negra envolviéndonos desde el poniente
Aunque No Sea Más Que Una Quimera

i. Y quién diría si enverdecen de nuevo las llanuras


ii. Quién si cantaran de un nuevo verdor estos pastos
Porque quién diría si los quemados pastos florecieran con los
valles y los valles con Chile entero cantaran entonces la
gloria que deslumbra los paisajes: la quimera de estos pastos


iii. Chile florecería así la quimera sobre sus pastos


iv. Todos se verían escuchando entonces la gloria que
les cantó por las llanuras
Porque muriendo verían taparse los valles con las glorias que
cantaban y todos resonarían entonces como una quimera que les
floreciese cubriendo estos paisajes: el cantar de las llanuras


v. Chile escucharía entonces cantar los pastos de las
llanuras


vi. Hasta las piedras se abrazarían allí embelesadas
sobre el pasto


vii. Y quién diría entonces que no florecen de nuevo los
pastos de nuestra vida aunque no sea más que una
quimera cantándose todos de gloria la reverdecida


CORDILLERAS


/CI/


Se hacía tarde cuando ya tomándome un hombro
me ordenó:
"Anda y mátame a tu hijo"
Vamos -le repuse sonriendo- ¿me estás tomando el pelo acaso?
"Bueno, si no quieres hacerlo es asunto tuyo,
pero recuerda quién soy, así que después no
te quejes"
Conforme -me escuché contestarle- ¿y dónde
quieres que cometa ese asesinato?
Entonces, como si fuera el aullido del viento
quien hablase, El dijo:
"Lejos, en esas perdidas cordilleras de Chile"


EL DESIERTO DE ATACAMA IV

I. El Desierto de Atacama son puros pastizales
II. Miren a esas ovejas correr sobre los pastizales del desierto
III. Miren a sus mismos sueños balar allá sobre esas pampas infinitas
IV. Y si no se escucha a las ovejas balar en el Desierto de Atacama nosotros somos entonces los pastizales de Chile para que en todo el espacio en todo el mundo en toda la patria se escuche ahora el balar de nuestras propias almas sobre esos desolados desiertos miserables


EL DESIERTO DE ATACAMA V


Di tú del silbar de Atacama
el viento borra como nieve
el color de esa llanura


I. El Desierto de Atacama sobrevoló infinidades de desiertos para estar allí
II. Como el viento siéntanlo silbando pasar entre el follaje de los árboles
III. Mirénlo transparentarse allá lejos y sólo acompañado por el viento
IV. Pero cuidado: porque si al final el Desierto de Atacama no estuviese donde debiera estar el mundo entero comenzaría a silbar entre el follaje de los árboles y nosotros nos veríamos entonces en el mismísimo nunca transparentes silbantes en el viento tragándonos el color de esta pampa.


PASTORAL DE CHILE
III


Allá va la que fue mi amor, qué más podría decirle
si ya ni mis gemidos conmueven
a la que ayer arrastraba su espalda por las piedras
Pero hasta las cenizas recuerdan cuando no era
nadie y aún están los muros contra los que llorando
aplastaba su cara mientras al verla
la gente se decía "Vámonos por otro lado"
y hacían un recodo sólo para no pasar cerca de ella
pero yo reparé en ti
sólo yo me compadecí de esos harapos
y te limpié las llagas y te tapé, contigo hice agua
de las piedras para que nos laváramos
y el mismo cielo fue una fiesta cuando te regalé
los vestidos más lindos para que la gente te respetara
Ahora caminas por las calles como si nada de esto
hubiera en verdad sucedido
ofreciéndote al primero que pase
Pero yo no me olvido
de cuando hacían un recodo para no verte
y aún tiemblo de ira ante quienes riendo te decían
"Ponte de espalda" y tu espalda se hacía un camino
por donde pasaba la gente
Pero porque tampoco me olvido del color del pasto
cuando me querías ni de azul
del cielo acompañando tu vestido nuevo
perdonaré tus devaneos
Apartaré de ti mi rabia y rencor
y si te encuentro nuevamente, en ti me iré amando
incluso a tus malditos cabrones
Cuando vuelvas a quererme
y arrepentida los recuerdos se te hayan hecho ácido
deshaciendo las cadenas de tu cuello
y corras emocionada a abrazarme
y Chile se ilumine y los pastos relumbren



IV


Son espejismos las ciudades
no corren los trenes, nadie camina por las calles
y todo está en silencio
como si hubiera huelga general
Pero porque todo está hecho para tu olvido
y yo mismo dudo si soy muerto o viviente
tal vez ni mis brazos puedan cruzarse sobre mi pecho
acostumbrado como estaban al contorno de tu cuerpo
Pero aunque no sobrevivirán muchas cosas
y es cierto que mis ojos no serán mis ojos
ni mi carne será mi carne
y que Chile entero te está olvidando
Que se me derritan los ojos en el rostro
si yo me olvido de ti
Que se crucen los milenios y los ríos se hagan azufre
y mis lágrimas ácido quemándome la cara
si me obligan a olvidarte
Porque aún hay miles de mujeres en quien poder
alegrarse y basta un golpe de manos
para que vuelvan a poblarse las calles
no reverdecerán los pastos
ni sonarán los teléfonos ni correrán los trenes si
no te alzas tú la renacida entre los muertos
Hoy se han secado los últimos valles
y quizá ya no haya nadie
con quien poder hablar sobre la tierra
Pero aunque eso suceda
y Chile entero no sea más que una tumba
¡Despiértate tú, desmayada, y dime que me quieres!


LA VIDA NUEVA


MI DIOS ES HAMBRE
MI DIOS ES NIEVE
MI DIOS ES NO
MI DIOS ES DESENGAÑO
MI DIOS ES CARROÑA
MI DIOS ES PARAÍSO
MI DIOS ES PAMPA
MI DIOS ES CHICANO
MI DIOS ES CÁNCER
MI DIOS ES VACÍO
MI DIOS ES HERIDA
MI DIOS ES GHETTO
MI DIOS ES DOLOR
MI DIOS ES
MI AMOR DE DIOS

(Raúl Zurita, sobre el cielo de Nueva York, 1982)

POEMAS DE DIEGO MAQUIEIRA (CHILE)



De La Tirana


LA TIRANA I
(ME SACARON POR LA CARA )


Yo, La Tirana, rica y famosa
la Greta Garbo del cine chileno
pero muy culta y calentona, que comienzo
a decaer, que se me va la cabeza
cada vez que me pongo a hablar
y hacer recuerdos de mis polvos con Velázquez.
Ya no lo hago tan bien como lo hacía antes
Antes, todas las noches y a todo trapo
Ahora no.
Ahora suelo a veces entrar a una Iglesia
cuando no hay nadie
porque me gusta la luz que dan ciertas velas
la luz que le dan a mis pechugas
cuando estoy rezando.
Y es verdad, mi vida es terrible
Mi vida es una inmoralidad
Y si bien vengo de una familia muy conocida
Y si es cierto que me sacaron por la cara
y que los que están afuera me destrozarán
Aún soy la vieja que se los tiró a todos
Aún soy de una ordinariez feroz.


LA TIRANA IV
(HOTEL VALDIVIA)

No quiero hablar del medio papelón
Velázquez. Perdóname, pero no había
nadie. No fue nadie a tu estreno
cuando te arrendaste el Hotel Valdivia
para restaurar la Inquisición de Lima
que te quedaba más cerca
y complacer así a tu Iglesia.
Nos recibiste subido en el techo copiado
a la pata al cola de Miguel Angel
Y te tirabas desde allá arriba
a hacer volar la pieza principal
de los Reyes Católicos.
Estaban tus peores amiguitas
La Pío Nono, La Carla y la Reina María
Así fue que tu amigo el prelado buenmozo
que merodeaba por el sector
se persignara como el mar
La media fiesta, Rodríguez, los pocos invitados
que iban llegando volaban por los salones
porque los cuerpos iban en el aire, Velázquez
agarrando lámparas y gritando amor
a los ataques inmisericordes de tus perros
No sabíamos cómo monjas salir de ahí
Y ya estábamos pensando en dar la muerte
cuando te vino un fuerte bajón a la cara
y se te ocurrió echar a volar a la mamá
mente fuera de aquí, y verla paseándose
desconsolada por los pasillos del hotel.
os educaron para atrás padre
Bien preparados, sin imaginación



EL GALLINERO

Nos educaron para atrás padre
Bien preparados, sin imaginación
Y malos para la cama.
No nos quedó otra que sentar cabeza
Y ahora todas las cabezas
Ocupan un asiento, de cerdo.

Nos metieron mucho Concilio de Trento
Mucho catecismo litúrgico
Y muchas manos a la obra, la misma
Que en esos años
Repudiaba el orgasmo
Siendo que esta pasta
Era la única experiencia física
Que escapaba a la carne.
Y tanto le debíamos a los Reyes Católicos
Que acabamos con la tradición
Y nos quedamos sin sueños.
Nos quedamos pegados
Pero bien constituidos;
Matrimonios bien constituidos
Familias bien constituidas.

Y así, entonces, nos hicimos grandes:
Aristocracia sin monarquía
Burguesía sin aristocracia
Clase media sin burguesía
Pobres sin clase media
Y pueblo sin revolución.

De Los Sea Harrier


ARS VITAE


Teníamos fuerte afición al vino
le rendíamos culto a los racimos de uva
y éramos arrogantes, crédulos
pendencieros
Preferíamos la muerte
a perder la libertad
y llevábamos la alegría del amor
hasta las puertas del infierno
hasta desafiar a la misma muerte
desnudándonos en pleno combate
o agrandándonos las heridas recibidas
Y si veíamos en peligro la vida
de nuestras mujeres y la nuestra
nos dábamos muerte por gusto continuo
Y éramos tan arrebatados en la guerra
que jamás actuábamos de acuerdo a un plan
No conocíamos ni la humildad
ni la caridad, ni la abnegación
ni la dulzura
Éramos serios y semifabulosos
y adorábamos a nuestras esposas
que adoraban el falo y el oro.


BANQUETE FRATERNO

Domingo noche a la comida privada
que diseñamos con el canciller de Ratzi
bajo un toldo en el desierto de Al Bumba
y los dos solos como mesas de arrimo
y con nuestros gorros de Armani
fue de una ociosidad acongojante:
Mire me dijo, "y si quiere salir vivo
de aquí mejor escúcheme. Nuestra religión
no es un baile. No es una balsa de perdidos
en el mar, ni un manicomio de adivinos.
Su estructura profunda e inamovible
no es libertaria, sino sacramental
y por lo tanto, jerárquica, ¿me sigue?"
Así en ese tono me hablaba, Luchino
y me salía con implantes así como éste;
"Nuestros dogmas no son murallas
que nos impiden ver
sino ventanas abiertas al infinito".
Así igual seguía hablándome, Luchino
mientras yo chupaba mi Bellaterra
con uvas rosadas y quesos hediondos
"Nuestra liturgia no es una farándula
no es una pesadumbre que solicite
a Teresas tetonas ni a desvergonzados
Nuestra liturgia no vive de escalofríos
y sorpresas, de ocurrencias cautivadoras
sino de repeticiones solemnes".
Así seguía mientras yo seguía bebiendo
hasta que lo calmé en un momento dado
y le dije: las brevas van una maravilla

POEMAS DE JUAN LUIS MARTÍNEZ (CHILE)




LA PROBABLE E IMPROBABLE DESAPARICIÓN DE UN GATO
POR EXTRAVIO DE SU PROPIA PORCELANA


a R. I. *


Ubicado sobre la repisa de la habitación
el gato no tiene ni ha tenido otra tarea
que vigilar día y noche su propia porcelana.

El gato supone que su imagen fue atrapada
y no le importa si por Neurosis o Esquizofrenia
observado desde la porcelana el mundo sólo sea
una Pequeña Cosmogonía de representaciones malignas
y el Sentido de la Vida se encuentre reducido ahora
a vigilar día y noche la propia porcelana.

A través de su gato
la porcelana observa y vigila también
el inmaculado color blanco de sí misma,
sabiendo que para él ese color es el símbolo pavoroso
de infinitas reencarnaciones futuras.

Pero la porcelana piensa lo que el gato no piensa
y cree que pudiendo haber atrapado también en ella
la imagen de una Virgen o la imagen de un Buda
fue ella la atrapada por la forma de un gato.

En tanto el gato piensa que si él y la porcelana
no se hubiera atrapado simultáneamente
él no tendría que vigilarla ahora
y ella creería ser La Virgen en la imagen de La virgen
o alcanzar el Nirvana en la imagen de Buddha.

Y es así como gato y porcelana
se vigilan el uno al otro desde hace mucho tiempo
sabiendo que bastaría la distracción más mínima
para que desaparecieran habitación, repisa, gato y porcelana.


* (La casa de R.I. en Chartres de Francia, tiene las paredes, cielo raso, piso y muebles cubiertos con fragmentos de porcelana rota)

La desaparición de una familia

1.- Antes que su hija de 5 años
.....se extraviara entre el comedor y la cocina
.....él le había advertido: "-Esta casa no es grande ni pequeña,
.....pero al menor descuido se borrarán las señales de ruta
..... y de ésta vida al fin, habrás perdido toda esperanza"

2.- Antes que su hijo de 10 años se extraviara
.....entre la sala de baño y el cuarto de los juguetes,
.....él le había advertido: "-Esta, la casa en que vives,
.....no es ancha ni delgada: sólo delgada como un cabello
.....y ancha tal vez como la aurora,
.....pero al menor descuido olvidarás las señales de ruta
.....y de esta vida al fin, habrás perdido toda esperanza".

3.- Antes que "Musch" y "Gurba", los gatos de la casa,
.....desaparecieran en el living
.....entre unos almohadones y un Buddha de porcelana,
.....él les había advertido:
....."-Esta casa que hemos compartido durante tantos años
.....es bajita como el suelo y tan alta o más que el cielo,
.....pero, estad vigilantes
.....porque al menor descuido confundiréis las señales de ruta
.....y de esta vida al fin, habréis perdido toda esperanza".

4.- Antes que "Sogol", su pequeño fox-terrier, desapareciera
....en el séptimo peldaño de la escalera hacia el 2º piso,
.....él le había dicho: "-Cuidado viejo camarada mío,
.....por las ventanas de esta casa entra el tiempo,
.....por las puertas sale el espacio;
.....al menor descuido ya no escucharás las señales de ruta
.....y de esta vida al fin, habrás perdido toda esperanza".

5.- Ese último día, antes que él mismo se extraviara
.....entre el desayuno y la hora del té,
.....advirtió para sus adentros:
....."-Ahora que el tiempo se ha muerto
.....y el espacio agoniza en la cama de mi mujer,
.....desearía decir a los próximos que vienen,
.....que en esta casa miserable
.....nunca hubo ruta ni señal alguna
.....y de esta vida al fin, he perdido toda esperanza".


Observaciones sobre el lenguaje de los pájaros

El Lenguaje de los Pájaros o Confabulación Fonética es un lenguaje inarticulado por medio del cual casi todos los pájaros y algunos escritores se expresan de la manera más irracional posible, es decir a través del silencio. La Confabulación Fonética no es sino la otra cara del silencio. (los pájaros más jóvenes como también así algunos escritores y músicos sufren hoy por exceso de libertad y están a la búsqueda del padre perdido)
Los pájaros ambicionan escapar escapar del círculo del árbol del lenguaje- desmesurada empresa, tanto más peligroso, cuanto más éxito alcanzan en ella -. Si logran escapar se desentienden de árbol y lenguaje. Se desentienden del silencio y de sí mismos. Ignoran que se desentienden y no entienden nada como no sea lo indecible. Se desescuchan del silencio. Se desescuchan de sí mismos. Quieren desescucharse del oído que alguna vez los escuchara: (los pájaros no cantan: los pájaros son cantados por el canto: despajareándose de sus pájaros el canto se des-en-canta de sí mismo: los pájaros reingresan al silencio: la memoria reconstruye en sentido inverso "El Canto de los Pájaros": los pájaros cantan al revés).
Los pájaros viven fundamentalmente entre los árboles y el aire y dado que sus sentimientos dependen de sus percepciones, el canto que emiten es el lenguaje transparente de su propio ser, quedando luego atrapados por él y haciendo que cada canto trace entonces un círculo mágico en torno a la especie a la que ellos pertenecen, un círculo del que no se puede huir, salvo para entrar en otro y así sucesivamente hasta la desaparición de cada pájaro en particular y en general hasta la desaparición y/o dispersión de toda la especie.

Los pájaros no ignoran que muchos poetas jóvenes torturan las palabras para que ellas den la impresión de profundidad. Se concluye que la literatura sólo sirve para engañar a pobres gentes respecto a una profundidad que no es tal. Saben que se ha abierto un abismo cada vez más ancho entre el lenguaje y el orden del mundo y entonces se dispersan o enmudecen: dispersan dispersas migas en el territorio de lo lingüístico para orientarse en el regreso (pero no regresan) porque no hay adonde regresar y también porque ellos mismos se desmigajan en silencio desde una muda gritería y tragan en silencio su propio des-en-canto: descantan una muda gritería. ¿Se tragan a pequeños picotazos el silencio de su muda gritería? : (cantando el des-en-canto descantan el silencio: el silencio se los traga).

A través del canto de los pájaros, el espíritu humano es capaz de darse a sí mismo juegos de significación en número infinito, combinaciones verbales y sonoras que le sugieran toda clase de sensaciones físicas o de emociones ante el infinito. (Develar el significado último del canto de los pájaros equivaldría al desciframiento de una fórmula enigmática: la eternidad incesantemente recompuesta de un jeroglífico perfecto, en el que el hombre jugaría a revelarse y a esconderse a sí mismo: casi el Libro de Mallarmé).

Cantando al revés los pájaros desencantan el canto hasta caer en el silencio: -lenguaje – lenguajeando el lenguaje -, lenguajeando el silencio en el desmigajamiento de un canto ya sin canto. Se diría: (restos de un Logos: migajas de un Logos: migas sin nombre para alimento de pájaros sin nombre: pájaros hambrientos: (pájaros hambreados por la hambruna y el silencio).
Desconstruyen en silencio, retroceden de unos árboles a otros: (han perdido el círculo y su centro: quieren cantar en todas partes y no cantan en ninguna): no pueden callar porque no tienen nada que decir y no teniendo nada picotean como último recurso las migajas del nombre del (autor): picotean en su nombre inaudible las sílabas anónimas del indecible Nombre de sí mismos.

POEMAS DE ALEJANDRA PIZARNIK (ARGENTINA)



EL MIEDO

En el eco de mis muertes
aún hay miedo.
¿Sabes tu del miedo?
Sé del miedo cuando digo mi nombre.
Es el miedo,
el miedo con sombrero negro
escondiendo ratas en mi sangre,
o el miedo con labios muertos
bebiendo mis deseos.
Sí. En el eco de mis muertes
aún hay miedo.


LOS TRABAJOS Y LAS NOCHES

para reconocer en la sed mi emblema
para significar el único sueño
para no sustentarme nunca de nuevo en el amor

he sido toda ofrenda
un puro errar
de loba en el bosque
en la noche de los cuerpos

para decir la palabra inocente


FIESTA EN EL VACÍO

Como el viento sin alas encerrado en mis ojos
es la llamada de la muerte.
Sólo un ángel me enlazará al sol.
Dónde el ángel,
dónde su palabra.

Oh perforar con vino la suave necesidad de ser.


LA CARENCIA

Yo no sé de pájaros,
no conozco la historia del fuego.
Pero creo que mi soledad debería tener alas.


LA DANZA INMÓVIL

Mensajeros en la noche anunciaron lo que no oímos.
Se buscó debajo del aullido de la luz.
Se quiso detener el avance de las manos enguantadas
que estrangulaban a la inocencia.

Y si se escondieron en la casa de mi sangre,
¿cómo no me arrastro hasta el amado
que muere detrás de mi ternura?
¿Por qué no huyo
y me persigo con cuchillos
y me deliro?

De muerte se ha tejido cada instante.
Yo devoro la furia como un ángel idiota
invadido de malezas
que le impiden recordar el color del cielo.

Pero ellos y yo sabemos
que el cielo tiene el color de la infancia muerta.



PIEDRA FUNDAMENTAL

No puedo hablar con mi voz sino con mis voces.
Sus ojos eran la entrada del templo, para mí, que soy errante, que amo y muero. Y hubiese cantado hasta hacerme una con la noche, hasta deshacerme desnuda en la entrada del tiempo.
Un canto que atravieso coma un túnel.
Presencias inquietantes,
gestos de figuras que se aparecen vivientes por obra de un lenguaje activo que las alude, signos que insinúan terrores insolubles.
Una vibración de los cimientos, un trepidar de los fundamentos, drenan y barrenan,
y he sabido dónde se aposenta aquello tan otro que es yo, que espera que me calle para tomar posesión de mí y drenar y barrenar los cimientos, los fundamentos,
aquello que me es adverso desde mí, conspira, toma posesión de mi terreno baldío,
no, he de hacer algo, no, no he de hacer nada,
algo en mí no se abandona a la cascada de cenizas que me arrasa dentro de mí con ella que es yo, conmigo que soy ella y que soy yo, indeciblemente distinta de ella.
En el silencio mismo (no en el mismo silencio) tragar noche, una noche inmensa inmersa en el sigilo de los pasos perdidos.
No puedo hablar para nada decir. Por eso nos perdemos, yo y el poema, en la tentativa inútil de transcribir relaciones ardientes.
¿A dónde la conduce esta escritura? A lo negro, a lo estéril, a lo fragmentado.
Las muñecas desventradas por mis antiguas manos de muñeca, la desilusión al encontrar pura estopa (pura estepa tu memoria): el padre, que tuvo que ser Tiresias, flota en el río. Pero tú, ¿por qué te dejaste asesinar escuchando cuentos de álamos nevados?
Yo quería que mis dedos de muñeca penetraran en las teclas. Yo no quería rozar, como una araña, el teclado. Yo quería hundirme, clavarme, fijarme, petrificarme. Yo quería entrar en el teclado para entrar adentro de la música para tener una patria. Pero la música se movía, se apresuraba. Sólo cuando un refrán reincidía, alentaba en mí la esperanza de que se estableciera algo parecido a una estación de trenes, quiero decir: un punto de partida firme y seguro; un lugar desde el cual partir, desde el lugar, hacia el lugar, en unión y fusión con el lugar. Pero el refrán era demasiado breve, de modo que yo no podía fundar una estación pues no contaba más que con un tren algo salido de los rieles que se contorsionaba y se distorsionaba. Entonces abandoné la música y sus traiciones porque la música estaba más arriba o más abajo, pero no en el centro, en el lugar de la fusión y del encuentro. (Tú que hiciste mi única patria ¿en dónde buscarte? Tal vez en este poema que voy escribiendo.)
Una noche en el circo recobré un lenguaje perdido en el momento que los jinetes con antorchas en la mano galopaban en ronda feroz sobre corceles negros. Ni en mis sueños de dicha existirá un coro de ángeles que suministre algo semejante a los sonidos calientes para mi corazón de los cascos contra las arenas.
(Y me dijo: Escribe; porque estas pakzbras son fieles y verdaderas. )
(Es un hombre o una piedra o un árbol el que va a comenzar el canto...)
Y era un estremecimiento suavemente trepidante (lo digo para aleccionar a la que extravió en mí su musicalidad y trepida con más disonancia que un caballo azuzado por una antorcha en las arenas de un país extranjero).
Estaba abrazada al suelo, diciendo un nombre. Creí que me había muerto y que la muerte era decir un nombre sin cesar.
No es esto, tal vez, lo que quiero decir. Este decir y decirse no es grato. No puedo hablar con mi voz sino con mis voces. También este poema es posible que sea una trampa, un escenario más.
Cuando el barco alteró su ritmo y vaciló en el agua violenta, me erguí como la amazona que domina solamente con sus ojos azules al caballo que se encabrita (¿o fue con sus ojos azules?). El agua verde en mi cara, he de beber de ti hasta que la noche se abra. Nadie puede salvarme pues soy invisible aun para mí que me llamo con tu voz. ¿En dónde estoy? Estoy en un Jardín.
Hay un jardín.


EL DESEO DE LA PALABRA

La noche, de nuevo la noche, la magistral sapiencia de lo oscuro, el cálido roce de la muerte, un instante de éxtasis para mí, heredera de todo jardín prohibido.
Pasos y voces del lado sombrío del jardín. Risas en el interior de las paredes. No vayas a creer que están vivos. No vayas a creer que no están vivos. En cualquier momento la fisura en la pared y el súbito desbandarse de las niñas que fui.
Caen niñas de papel de variados colores. ¿Hablan los colores? ¿Hablan las imágenes de papel? Solamente hablan las doradas y de ésas no hay ninguna por aquí.
Voy entre muros que se acercan, que se juntan. Toda la noche hasta la aurora salmodiaba: Si no vino es porque no vino. Pregunto. ¿A quién? Dice que pregunta, quiere saber a quién pregunta. Tú ya no hablas con nadie. Extranjera a muerte está muriéndose. Otro es el lenguaje de los
agonizantes.
He malgastado el don de transfigurar a los prohibidos (los siento respirar adentro de las paredes). Imposible narrar mi día, mi vía. Pero contempla absolutamente sola la desnudez de estos muros. Ninguna flor crece ni crecerá del milagro. A pan y agua toda la vida.
En la cima de la alegría he declarado acerca de una música jamás oída. ¿Y qué? Ojalá pudiera vivir solamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis días y con mis semanas, infundiéndole al poema mi soplo a medida que cada letra de cada palabra haya sido sacrificada en las ceremonias del vivir.


LA PALABRA DEL DESEO

Esta espectral textura de la oscuridad, esta melodía en los huesos, este soplo de silencios diversos, este ir abajo por abajo, esta galería oscura, oscura, este hundirse sin hundirse.
¿Qué estoy diciendo? Está oscuro y quiero entrar. No sé qué más decir. (Yo no quiero decir, yo quiero entrar.) El dolor en los huesos, el lenguaje roto a palabras, poco a poco reconstituir el diagrama de la irrealidad.
Posesiones no tengo (esto es seguro; al fin algo seguro). Luego una melodía. Es una melodía plañidera, una luz lila, una inminencia sin destinatario. Veo la melodía. Presencia de una luz anaranjada. Sin tu mirada no voy a saber vivir, también esto es seguro. Te suscito, te resucito. Y me dijo que saliera al viento y fuera de casa en casa preguntando si estaba.
Paso desnuda con un cirio en la mano, castillo frío, jardín de las delicias. La soledad no es estar parada en el muelle, a la madrugada, mirando el agua con avidez. La soledad es no poder decirla por no poder circundarla por no poder darle un rostro por no poder hacerla sinónimo de un paisaje. La soledad sería esta melodía rota de mis frases.


LA PALABRA QUE SANA

Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.



NOMBRES Y FIGURAS

La hermosura de la infancia sombría, la tristeza imperdonable entre muñecas, estatuas, cosas mudas, favorables al doble monólogo entre yo y mi antro lujurioso, el tesoro de los piratas enterrado en mi primera persona del singular.
No se espera otra cosa que música y deja, deja que el sufrimiento que vibra en formas traidoras y demasiado bellas llegue aI fondo de los fondos.
Hemos intentado hacemos perdonar lo que no hicimos, las ofensas fantásticas, las culpas fantasmas. Por bruma, por nadie, por sombras, hemos expiado.
Lo que quiero es honorar a la poseedora de mi sombra: la que sustrae de la nada nombres y figuras.


EL INFIERNO MUSICAL

Golpean con soles

Nada se acopla con nada aquí

Y de tanto animal muerto en el cementerio de huesos filosos de mi memoria

Y de tantas monjas como cuervos que se precipitan a hurgar entre mis piernas

La cantidad de fragmentos me desgarra

Impuro diálogo

Un proyectarse desesperado de la materia verbal

Liberada a sí misma

Naufragando en sí misma



L´OBSCURITÉ DES EAUX


Escucho resonar el agua que cae en mi sueño. Las palabras caen como el agua yo caigo. Dibujo en mis ojos la forma de mis ojos, nado en mis aguas, me digo mis silencios. Toda la noche espero que mi lenguaje logre configurarme. Y pienso en el viento que viene a mí, permanece en mí. Toda la noche he caminado bajo la lluvia desconocida. A mí me han dado un silencio pleno de formas y visiones (dices). Y corres desolada como el único pájaro en el viento.

POEMAS DE OSCAR HAHN (CHILE)




Adolfo Hitler medita en el problema judío

Toma este matamoscas y extermina a los ángeles,
después con grandes uñas arráncales las alas.
Ya veo sus muñones, ya los veo arrastrarse:
desesperadamente tratan de alzar el vuelo.
Toma este insecticida. Oigo sus toses blancas
prenderse y apagarse. Una puesta de sol
o una puesta de ángeles es lo mismo sin duda
porque la noche ahora levanta su joroba
y ellos se van hundiendo lentamente en el suelo.
Levanta el pie despacio. Así mismo. Tritúralos.
Que les saquen las plumas con agua hirviendo y pongan
esos cuerpos desnudos en las fiambrerías.
Ahora me van pasando sudarios de juguete
y ataúdes con cuerda. Ahora me van pasando
las cruces más pequeñas, para que se entretengan
los infantes difuntos. Pásame el insectario,
los alfileres negros. Toma este matamoscas
y extermina a los ángeles.


Tractatus De Sortilegiis

En el jardín había unas magnolias curiosísimas, oye,
unas rosas re-raras, oh,
y había un tremendo olor a incesto, a violetas macho,
y un semen volando de picaflor en picaflor.
Entonces entraron las niñas en el jardín,
llenas de lluvia, de cucarachas blancas,
y la mayonesa se cortó en la cocina
y sus muñecas empezaron a menstruar.
Te pillamos in fraganti limpiándote el polen
de la enagua, el néctar de los senos, ves tú?
Alguien viene en puntas de pie, un rumor de pájaros
pisoteados, un esqueleto naciendo entre organzas,
alguien se acercaba en medio de burlas y fresas
y sus cabellos ondearon en el charco
llenos de canas verdes.
Dime, muerta de risa, a dónde llevas
ese panal de abejas libidinosas.
Y los claveles comenzaron a madurar brilloso
y las gardenias a eyacular coquetamente, muérete,
con sus durezas y blanduras y patas
y sangre amarilla, aj!
No se pare, no se siente, no hable
con la boca llena
de sangre:
que la sangre sueña con dalias
y las dalias empiezan a sangrar
y las palomas abortan cuervos
y claveles encinta
y unas magnolias curiosísimas, oye,
unas rosas re-raras, oh.


Televidente

Aquí estoy otra vez de vuelta
en mi cuarto de lowa City
Tomo a sorbos mi plato de sopa Campbell
frente al televisor apagado
La pantalla refleja la imagen
de la cuchara entrando en mi boca
Y soy el aviso comercial de mí mismo
que anuncia nada
a nadie


¿Por qué escribe usted?

Porque el fantasma porque ayer porque hoy:
porque mañana porque sí porque no
Porque el principio porque la bestia porque el fin:
porque la bomba porque el medio porque el jardín
Porque góngora porque la tierra porque el sol:
porque san juan porque la luna porque rimbaud
Porque el claro porque la sangre porque el papel:
porque la carne porque la tinta porque la piel
la noche porque me odio porque la luz:
porque el infierno porque el cielo porque tú
Porque casi porque nada porque la sed
porque el amor porque el grito porque no sé
Porque la muerte porque apenas porque más
porque algún día porque todos porque quizás


La muerte está sentada a los pies de mi cama

Mi cama está deshecha: sábanas en el suelo
y frazadas dispuestas a levantar el vuelo.
La muerte dice ahora que me va a hacer la cama
Le suplico que no, que la deje deshecha.
Ella insiste y replica que esta noche es la fecha.
Se acomoda y agrega que esta noche me ama.
Le contesto que cómo voy a ponerle cuernos
a la vida. Contesta que me vaya al infierno.
La muerte está sentada a los pies de mi cama.
Esta muerte empeñosa se calentó conmigo
y quisiera dejarme más chupado que un higo.
Yo trato de espantarla con una enorme rama.
Ahora dice que quiere acostarse a mi lado
sólo para dormir, que no tenga cuidado.
Por respeto me callo que sé su mala fama.
La muerte está sentada a los pies de mi cama.


Visión de Hiroshima

Arrojó sobre la triple ciudad un proyectil
único, cargado con la potencia del universo.
Mamsala Purva
(Texto sánscrito milenario)

Ojo con el ojo numeroso de la bomba
que se desata bajo el hongo vivo.
Con el fulgor del hombre no vidente, ojo y ojo.
Los ancianos huían decapitados por el fuego,
encallaban los ángeles en cuernos sulfúricos
decapitados por el fuego,
se varaban las vírgenes de aureola radiactiva
decapitadas por el fuego.
Todos los niños emigraban decapitados por el cielo.
No el ojo manco, no la piel tullida, no sangre
sobre la calle derretida vimos:
los amantes sorprendidos en la cópula,
petrificados por el magnesium del infierno,
los amantes inmóviles en la vía pública,
y la mujer de Lot
convertida en columna de uranio.
El hospital caliente se va por los desagües,
se va por las letrinas tu corazón helado,
se van a gatas por debajo de las camas,
se van a gatas verdes e incendiadas
que maúllan cenizas.
La vibración de las aguas hace blanquear al cuervo
y ya no puedes olvidar esa piel adherida a los muros
porque derrumbamiento beberás, leche en escombros.
Vimos las cúpulas fosforecer, los ríos
anaranjados pastar, los puentes preñados
parir en medio del silencio.
El color estridente desgarraba
el corazón de sus propios objetos:
el rojo sangre, el rosado leucemia,
el lacre llaga, enloquecidos por la fisión.
El aceite nos arrancaba los dedos de los pies,
las sillas golpeaban las ventanas
flotando en marejadas de ojos,
los edificios licuados se veían chorrear
por troncos de árboles sin cabeza,
y entre las vías lácteas y las cáscaras,
soles o cerdos luminosos
chapotear en las charcas celestes.
Por los peldaños radiactivos suben los pasos,
suben los peces quebrados por el aire fúnebre.
¿Y qué haremos con tanta ceniza?


Gladiolos junto al mar


"Si hija de mi amor mi muerte fuese..."
Quevedo


Gladiolos rojos de sangrantes plumas,
lenguas del campo, llamas olorosas,
de las olas azules, amorosas,
cartas os llegan, pálidas espumas.


Flotan sobre las olas de las brumas,
epístolas de polen numerosas,
donde a las aguas piden por esposas,
gladiolos rojos de sangrantes plumas.

Movidas son las olas por el viento,
y el pie de los gladiolos van besando,
al son de un suave y blando movimiento.

y en cada dulce flor de sangre inerte
la muerte va con piel de sal entrando,
y entrando van las flores en la muerte.

POEMAS DE JOSÉ KOZER (CUBA)



Gramática de mamá


En mayo, qué ave era
la que amó mamá: o habló de las mimosas.
Dice que no recuerda el nombre de los ríos que circunscribían
su pueblo natal: aunque
siempre se ahogaban
un varón y una hembra en verano un varón y una hembra
en verano. Menciona
una conversación
crucial con sus hermanas: son como amigas entrelazadas
por el meñique, se irán. Cuánto desánimo, aunque
en los camarotes,
haya un centro de mesa con frutas tropicales, sobre cubierta
hermosas meretrices que hablan un idioma gutural, no
les asombra
la aviación
ni el cable trasatlántico (letras) que atizan los gorriones
boquiabiertos o despiden
mariposas de luz. Llegarán
entre muchachos entalcados y con guedejas aromáticas que irán
diseminándose por Apodaca Teniente Rey Acosta,
acabarán
por adquirirun chiforrobe de caoba con unas iniciales tibias en la ropa interior
y que sirva
a la vez de caja fuerte. Se habrán establecido, pronto irán a
tutearse en los seminarios de sionismo, mamá
en un esmerado castellano.



Placidez

La boca
se le llenó
al querubín
de poemas.
Desprovisto
el querubín
analfabeto
canturreaba.


Bodas de Franz Kafka (Tríptico de Franz Kafka)

Con la señorita Milena Josenká, tienen a bien invitar a Ud. y a su
distinguida, etcétera.
Aunque lo principal es que Franz haya dicho que no quiere prole.
Se comprende, también, su horror a las flores: le traen un recuerdo
tan malo del porvenir.
La ceremonia se habrá de celebrar en un tranvía.
Franz ha comprendido lo que Milena sacrifica: Milena entiende lo
que significa para Franz la tranquilidad.
O querer, por ejemplo, lo siguiente: la frialdad.
De no poder asistir ningún amigo, la ceremonia habrá de celebrarse,
puesto que es inevitable, en la Selva Negra.
Acudan, por favor.
De hecho, ciertas celebridades ya han dicho que sí: Bertolt Brecht
ha dado el visto bueno y el poeta Franz Werfel, de quien
se dice sería incapaz de abandonar a su tocayo.
Sólo, por desgracia, el poeta Federico García Lorca no podrá asistir.
Al recibirse la noticia y ante el estupor de la concurrencia, uno se
inclinaría a suspender la boda.
Todo presagiaba algún percance.
Pero es que Franz temía tanto dar la vuelta: a qué negarse cuando
aquello era más bien algo pulmonar.
O es que a alguien se le podría ocurrir pensar que Franz no sabía
que en veinte años la tuberculosis no sería más
que una enfermedad del pasado.
Que en veinte años un golpe de viento repentino contra una flor
no podría alterar el azogue insostenible del reposo.
Sinceramente —y Milena lo supo—, Franz no concibió otro heroísmo.
No se podrá negar que se mostró valeroso por los pasillos camino
del altar.
O fue en la Selva Negra aquel encuentro: tampoco
hubo de asistir la Señora Milena.


Noción de José Kozer

No es el hijo, ni del lobo ni de la cordera, de ahí su sentido de la
organización.
“Acabo de contar 28 gaviotas rumbo al poniente.” No es capaz de
bajar las escaleras corriendo como si hubiera visto un alma en pena
para comunicar a su mujer Guadalupe la noticia: 28 gaviotas
le recuerdan la fecha de su nacimiento, se retiene,
algo sombrío y que no remite de pronto lo apremia.
Pero pasa a la diversidad, así se zafa: cierto que está a merced
de la literatura pero quién no.
Graneros, kvas. Pushkin, Levín: no hay novela del siglo XIX que por
uno u otro motivo no le impresione.
Impresionable: las manzanas lo dejan boquiabierto.
Mucho más, el azul.
Su ambición es una: todo el vocabulario.
Describir el uniforme del teniente primero de húsares, la ambientación
de un rostro en una casa con establos y troikas,
olor dulcísimo a boñiga de los caballos.
Los vuelos y las telas (bromas) de los vestidos de Mademoiselle
Kaushanska.
Quizás, sus lecturillas no han sido del todo inútiles: ha dejado de
pensar en aquella reina suprema de las tablas aún sin historiar,
la actriz Olga Issamovna en cuyo amor, ocho años,
jamás hallará un pañuelo de cabeza ni un parasol.
La noche de la separación encontró en la sala un zapato, una
boquilla.
Noche de bodas.
Podía haber escrito una novela: sin embargo, son otras las escenas
que lo atraen.
Así, para 1974 (homenaje a Guadalupe) recompuso como en un juego
de bujías y tarjetas postales sus primeras contemplaciones habaneras.


Premoniciones para finalizar el siglo

En lo más crudo del invierno de 1981 encontramos en el único tiesto
vivo que quedaba en casa
una violeta
minúscula que en pleno día sin sol de sí arrojaba unas sombras
numerosas que se esparcían por el techo y por todas
las paredes
de la sala, desaprecían por las cuarteaduras y la hendija de las
maderas, nuestras
niñas
dijeron que se fugrían a los manantiales: no era vivamente todavía la
voz del hambre ni el diácono de las hroas
que llegaban
en su yegua con sus numerosas navajas barberas a raspar las cabezas
o cepillar algún mueble cuyas virutas
traerían
a la memoria los años e abundancia en que el caracol echaba de sí
grandes
multiplicaciones
y la luz nos confundía con aquellos limones grandes como vejigas de
oro: mucho
nos desalentó
aquella flor y más aún la luz que caía sobre el plato rebañado con sus
vestigios de otra luz
a la que sucumbieron
las grasas dulces de nuestras mujeres en sus faenas, la cópula dorada
de nobles panes a la mesa y el enredo de cuatro peces quietos con
su ojo de techo
en los platos.


Silogismo de la infancia

Y se preguntan, cómo produjo aquel sauce

manzanas. Y

para qué, azules. No obstante, el salmón
de la alberca llegó del mar

y los niños

hablan de unas dalias mínimas que crecen en
sus agallas. Y qué piden: bocanadas

de aroma

y el viejo subterfugio inmóvil de las piedras.
Y el pájaro
inconcebible

que abrevó en el más tiempo légamo de los
pozos. En sus bosques

inversos

reposa aquel pájaro y su ave inunda el
paladar azul de los niños que
retozan
y braman

como una fuga de órganos altivos entre
la arborescencia
de los viveros.

POEMAS DE JORGE TEILLIER (CHILE)



OTOÑO SECRETO

Cuando las amadas palabras cotidianas
pierden su sentido
y no se puede nombrar ni el pan,
ni el agua, ni la ventana,
y ha sido falso todo díalogo que no sea
con nuestra desolada imagen,
aún se miran las destrozadas estampas
en el libro del hermano menor,
es bueno saludar los platos y el mantel puestos sobre la mesa,
y ver que en el viejo armario conservan su alegría
el licor de guindas que preparó la abuela
y las manzanas puestas a guardar.


Cuando la forma de los árboles
ya no es sino el leve recuerdo de su forma,
una mentira inventada
por la turbia memoria del otoño,
y los días tienen la confusión
del desván a donde nadie sube
y la cruel blancura de la eternidad
hace que la luz huya de sí misma,
algo nos recuerda la verdad
que amamos antes de conocer:
las ramas se quiebran levemente,
el palomar se llena de aleteos,
el granero sueña otra vez con el sol,
encendemos para la fiesta
los pálidos candelabros del salón polvoriento
y el silencio nos revela el secreto
que no queríamos escuchar.


SENTADOS FRENTE AL FUEGO

Sentados frente al fuego que envejece
miro su rostro sin decir palabra.
Miro el jarro de greda donde aún queda vino,
miro nuestras sombras movidas por las llamas.


Esta es la misma estación que descubrimos juntos,
a pesar de su rostro frente al fuego,
y de nuestras sombras movidas por las llamas.
Quizás si yo pudiera encontrar una palabra.


Esta es la misma estación que descubrimos juntos:
aún cae una gotera, brilla el cerezo tras la lluvia.
Pero nuestras sombras movidas por las llamas
viven más que nosotros.


Sí, ésta es la misma estación que descubrimos juntos:
—Yo llenaba esas manos de cerezas, esas
manos llenaban mi vaso de vino—.
Ella mira el fuego que envejece.


ANDENES


Te gusta llegar a la estación
cuando el reloj de pared tictaquea,
tictaquea en la oficina del jefe-estación.
Cuando la tarde cierra sus párpados
de viajera fatigada
y los rieles ya se pierden
bajo el hollín de la oscuridad.


Te gusta quedarte en la estación desierta
cuando no puedes abolir la memoria,
como las nubes de vapor
los contornos de las locomotoras,
y te gusta ver pasar el viento
que silba como un vagabundo
aburrido de caminar sobre los rieles.


Tictaqueo del reloj. Ves de nuevo
los pueblos cuyos nombres nunca aprendiste,
el pueblo donde querías llegar
como el niño el día de su cumpleaños
y los viajes de vuelta de vacaciones
cuando eras —para los parientes que te esperaban-
sólo un alumno fracasado con olor a cerveza.


Tictaqueo del reloj. El jefe-estación
juega un solitario. El reloj sigue diciendo
que la noche es el único tren
que puede llegar a este pueblo,
y a ti te gusta estar inmóvil escuchándolo
mientras el hollín de la oscuridad
hace desaparecer los durmientes de la vía.


UN DESCONOCIDO SILBA EN EL BOSQUE


Un desconocido silba en el bosque.
Los patios se llenan de niebla.
El padre lee un cuento de hadas
y el hermano muerto escucha tras la puerta.

Se apaga en la ventana
la bujía que nos señalaba el camino.
No hallábamos la hora de volver a casa,
pero nos detenemos sin saber donde ir
cuando un desconocido silba en el bosque.

Detrás de nuestros párpados surge el invierno
trayendo una nieve que no es de este mundo
y que borra nuestras huellas y las huellas del sol
cuando un desconocido silba en el bosque.

Debíamos decir que ya no nos esperen,
pero hemos cambiado de lenguaje
y nadie podrá comprender a los que oímos
a un desconocido silbar en el bosque.



RETRATO DE MI PADRE, MILITANTE COMUNISTA

En las tardes de invierno
cuando un sol equivocado busca a tientas
los aromos de primaveras perdidas,
va mi padre en su Dodge 30
por los caminos ripiados de la Frontera
hacia aldeas que parecen guijarros o perdices echadas.


O llega a través de barriales
a las reducciones de sus amigos mapuches
cuyas tierras se achican día a día,
para hablarles del tiempo en que la tierra
se multiplicará como los panes y los peces
y será de verdad para todos.


Desde hace treinta años
grita "Viva la Reforma Agraria"
o canta "La Internacional"
con su voz desafinada
en planicies barridas por el puelche,
en sindicatos o locales clandestinos,
rodeado de campesinos y obreros,
maestros primarios y estudiantes,
apenas un puñado de semillas
para que crezcan los árboles de mundos nuevos.


Honrado como una manta de Castilla
lo recuerdo defendiendo al Partido y a la Revolución
sin esperar ninguna recompensa
así como Eddie Polo —su héroe de infancia—
luchaba por Perla White.


Porque su esperanza ha sido hermosa
como ciruelos florecidos para siempre
a orillas de un camino,
pido que llegue a vivir en el tiempo
que siempre ha esperado,
cuando las calles cambien de nombre
y se llamen Luis Emilio Recabarren o Elias Lafferte
(a quien conoció una lluviosa mañana de 1931 en Temuco,
cuando al Partido sólo entraban los héroes).


Que pueda cuidar siempre
los patos y las gallinas,
y vea crecer los manzanos
que ha destinado a sus nietos.


Que siga por muchos años
cantando la Marsellesa el 14 de julio
en homenaje a sus padres que llegaron de Burdeos.


Que sus días lleguen a ser tranquilos
como una laguna cuando no hay viento.
y se pueda reunir siempre con sus amigos
de cuyas bromas se ríe más que nadie.
a jugar tejo, y comer asado al palo
en el silencio interminable de los campos.


En las tardes de invierno
cuando un sol convaleciente
se asoma entre el humo de la ciudad
veo a mi padre que va por los caminos ripiados de la Frontera
a hablar de la Revolución y el paraíso sobre la tierra
en pueblos que parecen guijarros o perdices echadas.


(1961)


UN HOMBRE SOLO EN UNA CASA SOLA


Un hombre solo en una casa sola
No tiene deseos de encender el fuego
No tiene deseos de dormir o estar despierto
Un hombre solo en una casa enferma.

No tiene deseos de encender el fuego
Y no quiere oír más la palabra Futuro
El vaso de vino se ha marchitado como un magnolio
Y a él no le importa estar dormido o despierto.

La escarcha ha empañado las ventanas
Pero a él sólo le importa mirar la apagada chimenea
Sólo le gustaría tener una copa que le contará una vieja historia
A ese hombre solo en una casa sola.

Una historia como las que oía en su casa natal
Historias que no recuerda como no recuerda que aún está vivo
Ve sólo una copa vacía y una magnolia marchita
Un hombre solo en una casa enferma.


MI CASA ESTÁ EN CUALQUIER LUGAR DEL MUNDO


Mi casa está en cualquier lugar del mundo
Esperen mi visita entre los cactus de Maputo
Todos los días beso a mis sobrinos en Biava
Mi casa está en cualquier lugar del mundo.

Soy un visitante en Estrasburgo
Una puerta se abre misteriosa de visita
Soy yo quien visita Estrasburgo
Soy yo quien lee poemas en el Báltico
Y recuerda "El Peneca" junto a Sergio
Mi casa está en cualquier lugar del mundo
En Balconcillo Miguel y su bailarina me esperan
Todos los días estoy a orillas del Indico
Y envío un ramo de aromos a mi ahijada en Quito.


Mi casa está ahora en cualquier lugar del mundo
Está donde se escriba un poema o se recuerde la Cordillera
Donde bajo el Sena un mapuche añore el Ñachi y el Muday
O en Gotemburgo se sueñe las rubias arenas del Pacífico.

POEMAS DE ANTONIO CISNEROS (PERÚ)




POEMA SOBRE JONÁS Y LOS DESALIENADOS


Si los hombres viven en la barriga de una ballena
sólo pueden sentir frío y hablar
de las manadas periódicas de peces y de murallas
oscuras como una boca abierta y de manadas
periódicas de peces y de murallas
oscuras como una boca abierta y sentir mucho frío.
Pero si los hombres no quieren hablar siempre de lo mismo
tratarán de construir un periscopio para saber
cómo se desordenan las islas y el mar
y las demás ballenas -si es que existe todo eso.
Y el aparato ha de fabricarse con las cosas
que tenemos a la mano y entonces se producen
las molestias, por ejemplo
si a nuestra casa le arrancamos una costilla
perderemos para siempre su amistad
y si el hígado o las barbas es capaz de matarnos.
Y estoy por creer que vivo en la barriga de alguna ballena
con mi mujer y Diego y todos mis abuelos.

(De Canto ceremonial contra un oso hormiguero)



CUATRO BOLEROS MAROQUEROS


1

Con las últimas lluvias te largaste
y entonces yo creí
que para la casa más aburrida
[del suburbio
no habrían primaveras
ni otoños ni inviernos ni veranos.
Pero no.
Las estaciones se cumplieron
como estaban previstas en
[cualquier almanaque
Y la dueña de la casa y el cartero
no me volvieron a preguntar
por ti.


2

Para olvidarme de ti y no mirarte
miro el viaje de las moscas por el aire
Gran Estilo
Gran Velocidad
Gran Altura.



3

Para olvidarte me agarro al primer
tren y salgo al campo
Imposible
Y es que tu ausencia
tiene algo de Flora de Fauna de Pic Nic.



4

No me aumentaron el sueldo por tu ausencia
sin embargo
el frasco de Nescafé me dura el doble
el triple las hojas de afeitar.

(De Cómo higuera en un campo de golf)



UN PERRO NEGRO



Un perro. Un prado.
Un perro negro sobre un gran prado verde.

¿Es posible que en un país como éste aún exista un perro
negro sobre un gran prado verde?

Un perro negro ni grande ni pequeño ni peludo ni pelado
ni manso ni feroz.

Un perro negro común y corriente sobre un prado ordinario.
Un perro. Un prado.

En este país un perro negro sobre un gran prado verde
Es cosa de maravilla y de rencor.


(De Las inmensas preguntas celestes)



LAS SALINAS


YO NUNCA vi la nieve y sin embargo he vivido entre la nieve toda mi
juventud.
En las Salinas, adonde el mar no terminaba nunca y las olas eran dunas
de sal
en las salinas, adonde el mar no moja pero pinta.
Nieve de mi juventud prometedora como un árbol de mango.
Veinte varas de sal para cada familia de cristianos. Y aún más.
Sal que los arrieros nos cambiaban por el agua de lluvia. Y aún más.
Ni sólidos ni líquidos los blanquísimos bordes de ese mar.
Bajo el sol de febrero destellaban más que el flanco de plata del lenguado.
(Y quemaban las niñas de los ojos.)
A veces las mareas -hora del sol, hora de la luna- se alzaban como
lomos de caballo.
Mas siempre se volvían.
Hasta que un mal verano y un invierno las aguas afincaron para tiempos
y ni rezos ni llantos pudieron apartarlas de los campos de sal.
Y el mar levantó techo.

Ahora que ya enterré a mi padre y a mi hermano mayor y mis hijos están
prontos a enterrarme,
han vuelto las Salinas altas y deslumbrantes bajo el sol.
Hay también unas grúas y unas torres que separan los ácidos del cloro.
(Ya nada es del común.)
Y yo salgo muy poco pero Luis -el hijo de Julián me cuenta que los
perros no dejan acercarse.
Si parece mentira.
Mala leche tuvieron los hijos de los hijos de la sal.
Puta madre.
Qué de perros habrá para cuidar los blanquísimos campos donde el mar
no termina y la tierra tampoco.
Qué de perros, Señor, qué oscuridad.


(De Crónica del Niño Jesús de Chilca)



REQUIEM (3)



A las inmensas preguntas celestes
no tengo más respuesta
que comentarios simples y sin gracia
sobre las muchachas
que viven por mi casa
cerca del faro y el malecón Cisneros.
Y no pretendan ver
en la cháchara tonta esa humildad
de los antiguos griegos.
Ocurre apenas
que las inmensas preguntas celestes
sacan a flote
mi desencanto y mis aburrimientos.
Que a la larga
me tienen dando vueltas
como un zancudo al final de la tarde.
Haciendo tiempo,
mientras llega la hora de oficiar
mis pompas funerarias,
que no serán gran cosa
por supuesto.
En estos tiempos malos bastará
con una mula vieja
y un ánfora de palo
brillante y negra
como el lomo mojado de un delfín.
¡Ah las preguntas celestes!
Las inmensas.


(De Las inmensas preguntas celestes)


DOMINGO EN SANTA CRISTINA DE BUDAPEST Y FRUTERIA AL LADO



Llueve entre los duraznos y las peras,
las cáscaras brillantes bajo el río
como cascos romanos en sus jabas.
Llueve entre el ronquido de todas las resacas
y las grúas de hierro. El sacerdote
lleva el verde de Adviento y un micrófono.
Ignoro su lenguaje como ignoro
el siglo en que fundaron este templo.
Pero sé que el Señor está en su boca:
para mí las vihuelas, el más gordo becerro,
la túnica más rica, las sandalias,
porque estuve perdido
más que un grano de arena en Punta Negra,
más que el agua de lluvia entre las aguas
del Danubio revuelto.
Porque fui muerto y soy resucitado.

Llueve entre los duraznos y las peras,
frutas de estación cuyos nombres ignoro, pero sé
de su gusto y su aroma, su color
que cambia con los tiempos.
Ignoro las costumbres y el rostro del frutero
-su nombre es un cartel-
pero sé que estas fiestas y la cebada res
lo esperan al final del laberinto
como a todas las aves
cansadas de remar contra los vientos.
Porque fui muerto y soy resucitado,
Loado sea el nombre del Señor,
Sea el nombre que sea bajo esta lluvia buena.


(De El libro de dios y los húngaros)


TERCER MOVIMIENTO (AFFETTUOSSO)


Para hacer el amor
debe evitarse un sol muy fuerte sobre los ojos de la muchacha,
tampoco es buena la sombra si el lomo del amante se achicharra
para hacer el amor.
Los pastos húmedos son mejores que los pastos amarillos
pero la arena gruesa es mejor todavía.
Ni junto a las colinas porque el suelo es rocoso ni cerca de las aguas.
Poco reino es la cama para este buen amor.
Limpios los cuerpos han de ser como una gran pradera:
que ningún valle o monte quede oculto y los amantes
podrán holgarse en todos sus caminos.
La oscuridad no guarda el buen amor.
El cielo debe ser azul y amable, limpio y redondo como un techo
y entonces
la muchacha no verá el dedo de Dios.
Los cuerpos discretos pero nunca en reposo,
los pulmones abiertos,
las frases cortas.
Es difícil hacer el amor pero se aprende.


(De Agua que no has de beber).



LA ARAÑA CUELGA DEMASIADO LEJOS DE LA TIERRA


La ARAÑA cuelga demasiado lejos de la tierra,
tiene ocho patas peludas y rápidas como las mías
y tiene mal humor y puede ser grosera como yo
y tiene un sexo y una hembra -o macho, es difícil
saberlo en las arañas- y dos o tres amigos,
desde hace algunos años
almuerza todo lo que se enreda en su tela
y su apetito es casi como el mío, aunque yo pelo
los animales antes de morderlos y soy desordenado,
la araña cuelga demasiado lejos de la tierra
y ha de morir en su redonda casa de saliva,
y yo cuelgo demasiado lejos de la tierra
pero eso me preocupa: quisiera caminar alegremente
unos cuantos kilómetros sobre los gordos pastos
antes de que me entierren,
y ésa será mi habilidad.


(De Canto ceremonial contra un oso hormiguero).


CRÓNICA DE LIMA


Para calmar la duda
que tormentosa crece
acuérdate; Hermelinda,
acuérdate de mí.

Hermelinda, vals criollo

Aquí están escritos mi nacimiento y matrimonio, y el día de la muerte
del abuelo Cisneros, del abuelo Campoy.
Aquí, escrito el nacimiento del mejor de mis hijos, varón y hermoso.
Todos los techos y monumentos recuerdan mis batallas contra el Rey de
los Enanos y los perros
celebran con sus usos la memoria de mis remordimientos.
(Yo también
harto fui con los vinos innobles sin asomo de vergüenza o de pudor,
maestro fui
en el Ceremonial de las Frituras.)
Oh ciudad
Guardada por los cráneos y maneras de los reyes que fueron
los más torpes -y feos- de su tiempo.
Qué se perdió o ganó entre esta agua.
Trato de recordar los nombres de los Héroes, de los Grandes Traidores.
Acuérdate, Hermelinda, acuérdate de mí.

Las mañanas son un poco más frías,
pero nunca tendrás la certeza de una nueva estación
-hace casi tres siglos se talaron los bosques y los pastos
fueron muertos por fuego.
El mar está muy cerca, Hermelinda,
pero nunca tendrás la certeza de sus aguas revueltas, su presencia
habrás de conocerla en el óxido de todas las ventanas,
en los mástiles rotos,
en las ruedas inmóviles,
en el aire color rojo-ladrillo.
Y el mar está muy cerca.
El horizonte es blando y estirado.
Piensa en el mundo
Como una media esfera -media naranja, por ejemplo- sobre cuatro
Elefantes,
Sobre las cuatro columnas de Vulcano.
Una corona blanca y peluda te protege del espacio exterior.
Has de ver
Cuatro casas del siglo XIX.
Nueve templos de los siglos XVI, XVII, XVIII.
Por 2 soles 50, también, una caverna
Donde los nobles obispos y señores -sus esposas, sus hijos-
Dejaron el pellejo.

Los franciscanos -según te dirá el guía-
inspirados en algún oratorio de Roma convirtieron
las robustas costillas en dalias, margaritas, no-me-olvides
-acuérdate, Hermelinda- y en arcos florentinos las tibias y los cráneos.
(Y el bosque de automóviles como un reptil sin sexo y sin especie conocida
bajo el semáforo rojo.)
Hay, además un río.
Pregunta por el Río, te dirán que ese año se ha secado. Alaba sus aguas
Venideras, guárdales fe.
Sobre las colinas de arena
los Bárbaros del Sur y del Oriente han construido
un campamento más grande que toda la ciudad, y tienen otros dioses.
(Concierta alguna alianza conveniente.)
Este aire -te dirán-
tiene la propiedad de tornar rojo y ruinoso cualquier objeto al más breve
contacto.
Así,
tus deseos, tus empresas
serán una aguja oxidada
antes de que terminen de asomar los pelos, la cabeza.
Y esa mutación -acuérdate, Hermelinda- no depende de ninguna
Voluntad.
El mar se revuelve en los canales del aire,
el mar se revuelve,
es el aire.
No lo podrás ver.

Mas yo estuve en los muelles de Barranco
escogiendo piedras chatas y redondas para tirar al agua.
Y tuve una muchacha de piernas muy delgadas. Y un oficio.
Y esta memoria -flexible como un puente de barcas- que me amarra
a las cosas que hice
y a las infinitas cosas que no hice,
a mi buena o mala leche, a mis olvidos.
Qué se ganó o perdió entre estas aguas.
Acuérdate, Hermelinda, acuérdate de mí.


(De Canto ceremonial contra un oso hormiguero).


PARACAS

Desde temprano
crece el agua entre la roja espalda
de unas conchas


y gaviotas de quebradizos dedos
mastican el muymuy de la marea

hasta quedar hinchadas como botes
tendidos junto al sol.

Sólo trapos
Y cráneos de los muertos, nos anuncian

que bajo estas arenas
sembraron en manada a nuestros padres.


(De Comentarios reales)


PARA HACER EL AMOR


Para hacer el amor
debe evitarse un sol muy fuerte sobre los ojos de la muchacha
tampoco es buena la sombra si el lomo del amante se achicharra
para hacer el amor.
Los pastos húmedos son mejores que los pastos amarillos
pero la arena gruesa es mejor todavía.
Ni junto a las colinas porque el suelo es rocoso ni cerca
de las aguas.
Poco reino es la cama para este buen amor.
Limpios los cuerpos han de ser como una gran pradera:
que ningún valle o monte quede oculto y los amantes
podrán holgarse en todos sus caminos.
La oscuridad no guarda el buen amor.
El cielo debe ser azul y amable, limpio y redondo como un techo
y entonces
la muchacha no vera el Dedo de Dios.
Los cuerpos discretos pero nunca en reposo,
los pulmones abiertos,
las frases cortas.
Es difícil hacer el amor pero se aprende.


(De Comentarios Reales)